De Cuando en Cuando

Cuando de la teoría se pasa a la acción, cuando lo organizado se desvanece en imprecisiones que todo lo rompen, que todo lo expanden; cuando las pasiones se funden con los deseos; cuando se mezcla la rabia con el odio y el amor; cuando la conformidad se quiebra en fragante rebeldía y la normalidad se ve interrumpida por lo insólito, lo inusual, lo insurrecto.

 Cuando sus símbolos arden con el fuego y me enciendo, nos encendemos; cuando se atraviesa el punto de inflexión y el futuro se vuelve incierto.

 Cuando aquello que decimos sucumba por el hecho y veamos un policía muerto, dos, tres o cientos.

 Esos momentos donde la tensión se acrecienta, el pulso se acelera y no pienso; donde olvido que tal vez luego no vuelva a verte; esos momentos de confrontación directa con todo: la autoridad, lo existente, sus cómplices, mis contradicciones, esos momentos donde sé que pase lo que pase volveré a verte; instantes que podríamos entenderlos como “los coherentes” y guardarlos en el interior de cada una, instantes más bien salvajes donde la razón caduca.

 Cuando hay humo, vuelan piedras y estoy ahí, solo pero acompañado, cálidamente acompañado de otras soledades.

 Cuando la noche está calma y un estallido la hace temblar; cuando un banco vuela en pedazo; cuando yo soy la calma y empiezo a volar. 

Cuando las palabras se quedan ahí encarceladas a su gusto en su plasmada superficie y rompe en mí la acción en golpes y patadas, en besos y caricias, en violenta destrucción y en afable compañía.Cuando las cárceles sean ruinas y solo ruinas. 

Cuando la teoría quede sepultada en sus propias palabras...

 Cuando emerja el caos...... y florezca la anarquía

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