CONTRA EL SINDIKALISMO



Mejorar esta realidad no nos vale
" ¿Qué es un sindicato? Un agrupamiento en el cual l@s embrutecid@s se clasifican por oficios
para tratar de hacer menos intolerable las relaciones entre patronas/es y obrer@s. Una de dos: o no
lo consiguen, y entonces la tarea sindicalista es inútil, o lo consiguen, y entonces la tarea sindicalista
es perjudicial, ya que un grupo de personas habrá hecho menos intolerable su situación actual, y
por consiguiente, habrá hecho durar mas la situación actual"
Paraf- Javal (Libertario)
" ¡Nos importa un bledo la financiación de las casas obreras mediante cajas de ahorro! ¡Nos
importa un bledo la lucha contra el alcoholismo! ¡Nos importa un bledo la jornada de 8 horas! ¡Eso
es caridad cristiana, piedad, paternalismo! ¡No lo queremos!. El compañero Rostand intenta
adormecernos con bellas promesas... ¡Nosotr@s no queremos limosna! ¡Queremos lo que nos
corresponde! ¡Queremos el fin de la esclavitud! ¡Queremos la revolución social inmediata!"
"Jacob, recuerdos de un rebelde" B.Thomas
ÍNDICE:
-Contra el sindicalismo. La mejora de esta realidad no nos vale
-Mas allá de la estructura de síntesis
-Mas allá del obrerismo, mas allá del sindicalismo
-Sobre el sindicalismo
-Abajo el trabajo
-¿Has roto desde hace tiempo tu carnet sindical?
Si quieres ponerte en contacto con las autorxs de este libelo escribe a:
contraelsindicalismo@hotmail.com
Febrero 2003, desde la sociedad cárcel
CONTRA EL SINDICALISMO
Mejorar esta realidad no nos vale
[1er artículo]
I
El sindicalismo no nos vale. Como no nos vale el trabajo. No podemos convertir el
anarquismo en un simple gestor social de los ruegos y súplicas al estado. La vida
no se pide, se toma. Y el trabajo no debe ser mejorado, debe ser destruido.
El trabajo es una enfermedad devastadora, convierte a las personas en mercancías
, en transacciones económicas, en recursos. Lo destruye todo, hace de la vida una
muerte paulatina , de rutina y embobamiento generalizado. Divide cada día en
trabajo y "ocio" , es decir, en productor/a absorbid@ por la máquina, y en
consumidor/a de la mierda anteriormente producida.
La estructura económica de mercado producida por el capital tiene consecuencias
nefastas en el desarrollo libre de las capacidades de las personas. Desde que somos
pequeñxs nos ingresan en colegios destinados a capacitarnos como productorxs, a
hacernos aceptar el trato social pactado, es decir, que nos vayamos acostumbrando
desde pequeñxs a hacer cosas que no nos gustan, que no nos producen ningún
placer. En la vida adulta esto estará totalmente asumido... hasta el sindicalista que
grita a voces sus proclamas te mirará cualquier día y te espetará un "¿y tú en que
trabajas?",unxs y otrxs nos meten incansablemente en el redil.
El trabajo nunca es una opción libremente elegida, es siempre una imposición de
un sistema que te chantajea. El sistema te da a elegir entre tres opciones: o
trabajas, o te mueres de inanición, o robas y te arriesgas a terminar en el talego.
"Nadie debería trabajar. El trabajo es la fuente de casi toda la miseria en el mundo. Casi todos los
males que puedas mencionar provienen el trabajo, o de vivir en un mundo diseñado para el trabajo.
Para dejar de sufrir, tenemos que dejar de trabajar."
"La abolición del trabajo" Bob Black
II
El sindicalismo intercede en el manifiesto antagonismo entre patrón/a y
trabajador/a. Se instala entre las dos partes y trata de mediar en un conflicto en el
que la solución no pasa por pedir mejoras (un poco mas de vaselina para que nos
introduzcan la muerte con mas suavidad). La necesidad es destruir la sociedad de
clases y con ella a todx aquel / aquella que trate de mediar, de consensuar, de
impedir una ruptura violenta, un punto de no-retorno.
La explotación no es un "dé ficit" en una democracia mal llevada que debe limarse
con dosis de socialdemocracia. El capitalismo, y con él su izquierda y su derecha ,
es el generador de la miseria, y las mejoras no solo no nos sirven, nos perjudican.
Hacen perdurar más tiempo el estado de cosas actual, no termina con el sistema, lo
suaviza... no crea (eso que tanto cacarean los sindicalistas de todo pelaje)
conciencia de clases, crea demócratas que creen en el sistema.
Los sindicatos no tienen ninguna intención de romper la paz social, o desestabilizar
el sistema. Lxs anarquistas, en cambio, tenemos como objetivo principal romper la
farsa sobre la que se levanta "el consenso democrático", "el diálogo entre lxs
representantes sociales", porque en sí misma toda conversación con lxs amxs no
tiene mas fin que la reproducción de la mentira, jugar el papel que han diseñado
para nosotr@s dentro de la farsa. Un amo y un esclavo no pueden entenderse;
mientras uno tiraniza, el otro confabula. No nos vale el pacto, el fin de todx
explotadx no debe ser la mejora dentro de su condición, debe ser la adquisición de
su libertad de manera total, el fin de su propia condición.
El sindicalismo de cualquier tinte tiene el papel de oposición dentro del teatro
democrático, convierte en un espectáculo con pape l predefinido supuestas
"luchas" en pro de la "justicia social", ¡como si se pudiera reivindicar tal cosa!,
pedirle al estado que instale la "justicia social" es tan absurdo como pedirle que
desaparezca de "motu proprio".
Con democracia, con trabajo, con gestores sociales, no pueden existir personas
libres. Dentro de ese círculo, dentro de la denuncia que insta a que te concedan y
no a que tomes con tus propias manos... no hay salida, es pura falacia, nos
engañan, nos amansan.
"Hoy mas que nunca, un proyecto cuantitativo (juntar a l@s estudiantes, a l@s trabajadoras/es, a l@s
desocupad@s en organizaciones permanentes con un programa específico) no puede hacer más que
actuar sobre el detalle, quitándole a las acciones su fuerza principal - la de instalar cuestiones
irreductibles a las separaciones categoriales (estudiantes, trabajadores/as, inmigrantes, homosexuales,
etc.) (...) Toda reivindicación dirigida a un interlocutor preciso lleva consigo su propia derrota, por la
misma razón de que ninguna autoridad puede resolver, ni aún queriéndolo un problema de alcance
general. (...) Aquell@s que durante una huelga salvaje llevaban una bandera sobre la cual había
escrito "NO PEDIMOS NADA", habían comprendido que la derrota está en la reivindicación"
"Ai ferri corti"
III
El uso del sindicalismo como medio para enfrentarse al capitalismo nació de la
concepción de algun@s anarquistas que (de una manera honrada) consideraron
que la mejor forma de extender las ideas libertarias era agrupando a l@s
trabajadores/as en sindicatos de clase, pero la propia forma organizativa sindical
conlleva una burocratización, y una formación de élites que no pueden jamás
hacer avanzar el proyecto libertario. Dentro del propio seno de la CNT tenemos
ejemplos históricos del desarrollo nefasto del sindicalismo y de cómo
inevitablemente se ha enfrentado en su seno en todas sus épocas quienes querían
hacer de la CNT una organización sindicalista cuyo objetivo fuera la mejora
laboral, el etapismo, la reducción de la acción revolucionaria al acto simbólico
antecediendo el crecimiento al ataque presente, a la anarquía ahora (Lxs trentistas
de Pestaña etc.)y quienes abogaban por la insurrección diaria, al crecimiento
cualitativo, en contra del asistencialismo, de la gestión social, por el fin de todas las
estructuras que hacen que se levante el imperio del poder. Tenemos un ejemplo
histórico en los hechos acaecidos en el periodo de la guerra civil española en el que
el sindicato CNT, con una vanguardia dirigente al frente decidió traicionar la
revolución anarquista y entrar en la Generalitat, para ocupar puestos de
ministr@s dentro de la misma. El sindicato esta vez hizo la labor de partido
político, demostrando que el devenir de todo sindicato es la dirección y
organización "de la masa"(leer "DE UNA HISTORIA DE LA ADVERSION DE
LOS OBREROS AL TRABAJO", ed. Etcétera). E incluso dentro de una propia
revolución, una sociedad anarquista que fuera reorganizada desde el sindicato este
terminaría acogiendo la función de estado en la mas amplía proyección marxista,
en el momento en el que se tienen líderes "naturales", burocracia interna, posesión
de información, delegación, el sindicato reorganiza los medios de producción, el
reparto de la riqueza, los trabajos, etc centralizando la vida social en él, el
sindicato no es mas que el nuevo estado. Esto sucede porque aunque el
anarcosindicalismo niegue a los partidos políticos, su estructura es muy similar.
Esto, como vemos, rompe con la idea anarquista de la importancia de las personas
por encima de las organizaciones. La anarquía es una revolución de individuxs
conscientes, no de masas lideradas por una vanguardia. Por eso abogamos por el
crecimiento cualitativo. Como anarquistas deseamos el desarrollo personal de las
capacidades de decisión de todxs lxs seres humanxs. Es una revolución de carácter
masivo, pero eso no hace que se crea en tendencias "mayoritarias" y tendencias
"minoritarias", actuamos por consenso o no actuamos. Aquí es donde entramos
con el grupo de afinidad del que más tarde hablaremos.
El sindicalismo revolucionario se ampara en la reforma, en la táctica obrerista
para conseguir la bienamada afiliación que le haga llegar a la "situación propicia"
para un estallido revolucionario, antecede toda su actividad a este fin. Para "llegar
a la gente" dentro del seno orgánico de la organización hacen apología de la
incidencia en la vida cotidiana de la llamada "clase obrera". Consideran que la
revolución social llegará cuando el factor cuantitativo disponga de las "fuerzas"
necesarias. Conciben la revolución como algo cuadriculado, predecible, una
ecuación sin variaciones que se basa en el número y en el transcurso etapista.
Para conseguir el factor cuantitativo han encontrado su formula, a tal labor la
llaman "bajar a lo real", es decir, bajar a una realidad pervertida a incidir en la
mejora de reivindicaciones parciales: subidas de salarios, readmisión de
despedid@s, cobros de nóminas, etc. Es decir, dejan de ser anarquistas para
convertirse en especialistas de la gestión social, en el INEM de la reivindicación
laboral. Cuando nos disponemos a tomar opciones de lucha de reforma laboral
debemos darnos cuenta de varias cosas;
1º) Lxs obrerxs no son trabajadorxs las 24 horas del día, en la organización social
tienen dos papeles fundamentales, el de producción (es aquí donde entra el
sindicalismo) y el de consumidor. Si por una reivindicación laboral (huelgas, paros,
presión, etc) esa persona en su papel de productor percibe por tal actividad más
dinero, no por ello será mas revolucionarix, esa persona en su segundo papel será
MÁS consumidor (ya no se comprará un móvil, ahora se comprará dos, uno para
su parientx y otro para el/ella).
2º) El estado se desenvuelve bien en el juego de "la reivindicación", posee a los
mass media para crear opinión en la población. Cuando los sindicatos consideran
que tienen un "conflicto" su respuesta al capital es convocar manifestaciones en las
cuales se trata de demostrar por número que su opinión es generalizada en la
población, por lo tanto exige a la democracia que sea demo-cracia (un número
grande de personas piensan diferente al estado-àel estado es la "voz del pueblo"à
por lo tanto tiene que hacer caso al sindicato; es decir, el sindicato juega en el
esquema del capital, en el papel de lxs representantes, lxs votantes, etc). Todo
sindicato en un conflicto laboral ansía salir por la televisión a decirle "alto y claro"
a todo el mundo lo mala que ha sido tal empresa, o lo malo que es el estado por
quitar equis "derechos". Entrando de lleno en el juego espectacular, una película
con protagonistas "El estado", "Lxs sindicalistas", "La población" y como hilo
conector de todo esto los mass media, todo bien empaquetadito para que nunca nos
planteemos nada. Nos engañan, nos dirigen, nuestra vida no nos pertenece, toda
crítica que no se base en esto nos está mintiendo.
3º) Cuando se escoge una forma de "disidencia" permitida, que no se enfrenta
directamente al capital y acude al diálogo por las migajas, se pone en bandeja la
criminalización de la disidencia "no permitida", de la que no acepta los cauces de
protesta mansa. Consiguiendo la distracción de la gente hacia las organizaciones
"bienpensantes", "ciudadanas", y que estas gentes a su vez se crean el discurso de
la criminalización. Es decir buenxs y malxs.
En realidad es mentir el no proponer esto como una lucha directa, puesto que lo
que aquí está en juego son nuestras vidas, no podemos aceptar el papel que nos ha
tocado. No queremos luchar por tener un poco mas de papel, queremos terminar
de una vez por todas con los papeles, y así ser libres todxs por igual.
IV
Deseamos pues una sociedad libre, anarquista, donde no exista delegación. Es por
esto que no queremos reproducir el delegacionismo en la forma de organizarnos
contra el estado, proponemos entonces la organización informal (1) , la
organización en el que el/la individux es mas importante que la organización,
donde la delegación es inexistente. ¿Cómo lo hacemos? Lxs individuxs se unen en
relación a la afinidad con otrxs individuxs, lxs cuales se proponen mutuamente las
formas generales o puntuales de actuación, estas propuestas no son vinculantes, es
decir, si una persona tiene una propuesta y de un grupo de diez personas, seis están
de acuerdo y cuatro no, lxs individuxs que estén de acuerdo lo llevan acabo, lxs que
no, no se suman. Juntarse en base a la afinidad de proyectos y de visión
revolucionaria hace que no te detengas en debates interminables en los que no se
saca nada en claro, ni que tengas que crear una organización donde unir a la gente,
donde la defensa y fortalecimiento de la organización sea lo único que te una.
Nuestra finalidad no es tener una organización enorme con "peso social", nuestro
fin es que miles de individuxs estén en lucha coordinadxs en base a proyectos
comunes... nuestro único y máximo proyecto es terminar con el estado y dar paso a
la anarquía, CON MENOS NO NOS CONFORMAMOS.
Deseamos terminar con la sociedad de clases y con el capitalismo. Por ello somos
conscientes de que el factor central que hace mover la maquinaria capitalista es la
mercancía, es decir, tod@s nosotr@s. Somos la mercancía necesaria para dar de
comer sangre caliente a las fauces furiosas del mercado.
¿Parece fácil adivinar cuál es nuestra propuesta, verdad?
Si la mercancía somos nosotr@s mism@s, la solución es cercana... ROMPER CON
ELLA. Ella se basa en nuestra relación con el medio, romper el medio sería
nuestra primera proclama. Demostrémosles la "satisfacción que nos producen"...
rompamos la máquina que nos roba la vida o quememos la fábrica que nos
convierte en un clon sistemado, destruyamos cada parte del mundo que han creado
para someternos, no saquemos brillo a nuestras cadenas...destruyámoslas.
Rompamos con el espectáculo de nuestras vidas divididas, separadas de la
realidad, dejemos de ser un beneficio para ellxs. Extendamos nuestra mala hostia
entre todxs nuestrxs compas, que nadie vuelva a pasar por el curro, el
supermercado, o el colegio electoral con media sonrisa en la cara, juntémonos,
hablemos, y ataquemos. No volvamos jamás a resignarnos.
La supervivencia del día a día en esta realidad nos lleva también a buscar formas
más dignas de existencia que el mundo del trabajo que han diseñado para
nosotrxs, formas de romper con las barreras urbanas. Romper el día a día con el
consumo practicando el robo a destajo en los centros del capital, dejar de ser
mercancía comprable: sabemos que el mundo en el que vivimos está construido de
tal manera que nos obligue a trabajar, o sino no comes. Intentemos no trabajar o
trabajar lo menos posible (ya, ya y ¿cómo pagamos el piso? Okupémoslo; y ¿la
comida? Robémosla; y ¿el transporte? Colémonos; intentemos no producir
beneficio mientras recorramos las tripas del monstruo ) o, si te ves con
posibilidades y quieres dar un salto a la reapropiación, roba un banco y vive
felizmente. Pero esta es otra forma más de acomodarte en el sistema existente
(evidentemente es mas digno que venderte a la prostitución laboral, pero sigue
siendo algo impuesto), puesto que aún con mejoras de tu realidad sigues viviendo
en capitalismo, esto no debemos perderlo de vista y creernos la falsa ilusión de que
tan solo con esto puede cambiar algo. Tan solo nos estamos amoldando a la
mierda. Y nosotrxs queremos terminar con la mierda, no robarla y comérnosla.
Tampoco nos vale el sindicalismo, pues lucha y se deja los cuernos exigiendo al
capital que seamos productorxs durante mas tiempo: contratos indefinidos, cierre
de ETT´s, etc. ¡Pidiendo ser esclav@s durante mas tiempo!... ¡No os esforcéis
tanto! ¡no volveremos a los tajos! No queremos ni ETT's , ni 30 horas, ni hostias,
no queremos trabajar, queremos vivir.
Mas tiempo de trabajo = menos tiempo de vida.
No nos valen como revulsivo. Sus reivindicaciones, ¿a quién van dirigidas? Por
ejemplo, cuando los sindicatos piden que se retire la "nueva reforma laboral" ¿a
quién se lo piden? Se lo piden al mismo estado al que dicen combatir... le
reconocen como interlocutor, le aceptan como representante elegido
"democráticamente en las urnas". Aceptan la legalidad, utilizan los cauces de
protesta mansa diseñada por el estado: manifestaciones legalizadas, hojas de
firmas, propaganda de carácter reformista.
Caen en un juego que hace retroceder la revuelta y dan lugar a la distensión, el
diálogo y a la paz social. Dicen estar en desacuerdo con una democracia que en la
praxis ponen en marcha. ¿Revolucionarixs o demócratas?, ¿colaboracionistas o
infantilistas?.
Creer que la revolución va a llegar pidiendo migajas al estado es fruto de una
parálisis de visión que solamente se pueden permitir algunas funcionarias de
enseñanza, que están mas por terminar escalando en el espectro político que por
agitar esta falsa realidad y hacerla añicos.
La finalidad de este texto es contribuir al debate que existe desde hace años en el
movimiento anarquista respecto al sindicalismo y sus usos, con él nos gustaría
animar a tod@s es@s compañer@s anarquistas que siguen desaprovechando su
tiempo en sindicatos a que reflexionen y prueben otras formas mas divertidas y
coherentes de llevar pa´lante el proyecto anárquico.
"Contra el enemigo nos llama el placer"
Febrero 2003, desde la sociedad cárcel.
(1) Leer el siguiente texto "Más allá de la estructura de síntesis"
MÁS ALLÁ DE LA ESTRUCTURA DE SÍNTESIS
Revista Insurrection
[2º artículo]
CONTRA LA ORGANIZACIÓN ANARQUISTA DE SÍNTESIS PROPONEMOS
LA ORGANIZACIÓN INFORMAL ANARQUISTA, BASADA EN LA LUCHA Y
LOS ANÁLISIS QUE EMERGEN DE ELLA.
Lxs anarquistas de todas las tendencias rechazamos cualquier modelo organizativo
jerárquico y autoritario. Rechazamos a los partidos y las estructuras verticales que
imponen directorios de antemano de una manera más o menos obvia... Cuando
postulamos la Revolución Libertaria como única solución social posible al mundo
actual, lxs anarquistas consideramos que los medios usados en causar esta
transformación condicionarán los extremos alcanzados. Y esto significa que las
organizaciones autoritarias no pueden ser instrumentos que nos conduzcan a la
liberación.
LOS PELIGROS DE LA ESTRUCTURA DE SÍNTESIS PARA LA LUCHA
ANARQUISTA.
Lo dicho anteriormente no sólo basta con decirlo con palabras, es también
necesario ponerlo en la práctica. En nuestra opinión, la articulación mediante una
estructura de síntesis presenta no pocos peligros. Cuando este tipo de organización
se convierte en una fuerza potente y hegemónica, como fue la CNT en los años 30,
comienza a parecerse peligrosamente a un partido político. La síntesis se
transforma en control. Aunque esto sucedió durante un periodo demasiado breve y
apenas visible, así que este análisis lo dejaremos para que no se nos acuse de
blasfemia o demagogia ...
La estructura de síntesis se basa en grupos o individuos que están en contacto de
forma más o menos constante entre ellxs, y tienen un momento clave en esos
contactos durante los denominados CONGRESOS PERIÓDICOS. En estos
congresos se discuten los análisis básicos, se elabora un programa y se dividen
tareas para cubrir diferentes parámetros de intervención social. Es una
organización de síntesis puesto que se instala como punto de referencia capaz de
sintetizar las luchas que ocurren dentro del choque entre clases. Los diferentes
grupos o individuos intervienen en las luchas, dan su contribución, pero no pierden
de vista la orientación teórico-práctica que la organización en su totalidad decidió
durante su último congreso.
Sin embargo, en nuestra opinión, una organización estructurada de este modo
corre el riesgo de estar detrás en lo que se refiere al nivel eficaz de la lucha, pues su
objetivo principal es la de llevar la lucha dentro de su proyecto de síntesis y no
empujarla hacia su proyección insurreccional. Uno de sus objetivos principales
para su proyecto es la búsqueda en estas luchas de personas o grupos para su
crecimiento numérico organizativo. Por lo que tiende a dibujar una estrategia
reformista y hasta cierto punto moderada para captar grupos o individualidades, a
la par que intenta frenar todo aquello que intente desmarcarse de su proyecto.
Esto no significa que todxs aquellxs que formen parte de una organización de
síntesis actúen de esta manera: los miembros son a menudo bastante autónomxs en
su elección de ofertas y objetivos más eficaces en una determinada lucha. Es lo
intrínseco del mecanismo interno de funcionamiento de la organización de síntesis
lo que conduce a tomar decisiones inadecuadas a la situación, ya que al buscar el
crecimiento cuantitativo, a veces a cualquier precio y a toda costa, se tiende a
tomar una posición poco clara y poco definida en muchos temas, ya que busca, de
alguna manera, tomar una posición que satisfazca los gustos de la mayoría y que
descontente a poca gente, para de esa forma hacer su mensaje "digerible" para la
Sociedad. Labor que, por otro lado, casi nunca suelen lograr y que suele dejar a la
mayoría insatisfecha, todo lo contrario que en la teoría se busca...
EL MIEDO A LO DESCONOCIDO ES EL PRINCIPAL FACTOR QUE NOS
EMPUJA HACIA EL ESQUEMA ORGANIZACIONAL FORMALISTA (ORG.
DE SÍNTESIS)
La reacciones que se vierten al hacer críticas tales como esta son dictadas a
menudo por el miedo y determinados prejuicios. El miedo a lo desconocido es el
principal factor que nos empuja hacia el esquema organizacional formalista entre
compañerxs. Este esquema nos protege de la búsqueda de soluciones en el riesgo de
encontrarse en situaciones y experiencias desconocidas. Esto es absolutamente
obvio entre diferentes compañerxs que ven la necesidad imperiosa de tener una
organización formal que obedezca a requisitos tales como la constancia, la
estabilidad y el trabajo programado por adelantado. En realidad estos elementos
nos sirven más como una necesidad de la certeza que como una necesidad
revolucionaria.
Por el contrario, pensamos que en la organización informal, sin esquemas de
síntesis, se pueden establecer los puntos de partida válidos para salir de esta
incertidumbre.
La diversidad organizativa informal creemos que es capaz de convertirse -al
contrario que las estructuras de síntesis y formales- en verdaderas relaciones
concretas y productivas ya que se basan en la afinidad y el conocimiento recíproco.
Por otra parte, el momento donde se alcanza el verdadero potencial es cuando se
participa en situaciones concretas de lucha, no cuando se elaboran plataformas
teóricas o prácticas, estatutos u otras reglas sociales.
LA ORGANIZACIÓN INFORMAL NO SE CONSTRUYE EN BASE A UN
PROGRAMA FIJADO EN UN CONGRESO.
La organización informal no se construye en base a un programa fijado en un
congreso, el proyecto es observado por lxs compañerxs y por ellxs mismxs en el
transcurso de la lucha y durante el desarrollo de la misma. No hay ningún
instrumento privilegiado o vanguardista en la elaboración teórico-práctica, ni hay
los problemas inherentes a la articulación de síntesis.
El objetivo básico es el de intervenir en la lucha con un objetivo insurreccional y
revolucionario.
Sin embargo aún hay grandes limitaciones dentro de la informalidad, pero
creemos que es una forma de organizarse aún válida y abierta a exploraciones
teórico-prácticas...
Extraído de la revista inglesa Insurrection
MÁS ALLÁ DEL OBRERISMO,
MÁS ALLÁ DEL SINDICALISMO
Alfredo María Bonanno
[3er artículo]
El fin del sindicalismo corresponde al fin del obrerismo.
Para nosotrxs es también el final de la ilusión cuantitativa del partido y
de la organización específica de síntesis. La revuelta del mañana debe
buscar nuevos caminos.
El sindicalismo está en declive. Para bien o para mal es una forma estructural de
lucha de una época que está desapareciendo. El sindicalismo, modelo de un mundo
futuro, es el último producto de una vers ión corregida y mejorada del viejo
mundo.
Nos movemos hacia nuevas y profundas transformaciones, tanto en la estructura
productiva como en la estructura social. Los métodos de lucha, las perspectivas e
incluso los proyectos a corto plazo también se están transformando.
En una sociedad industrial en expansión el sindicato deja de ser un
instrumento de lucha para convertirse en un instrumento de apoyo a la
propia estructura productiva.
El papel del sindicalismo revolucionario ha sido empujar a lxs trabajadores mas
combativos hacia delante pero al mismo tiempo el de mermar su capacidad para
ver la sociedad futura o las necesidades creativas de la revolución. Con el
sindicalismo todo siguió empaquetado en la dimensión de la fábrica. El obrerismo
no es tan solo común al comunismo autoritario. Incluso en las áreas más
privilegiadas de la lucha de clases, el obrerismo todavía permanece como uno de
los hábitos mas arraigados y mas difíciles de perder.
El final del sindicalismo, por lo tanto. Llevamos diciendo esto 15 años. En un
tiempo esto causo críticas y amenazas, especialmente cuando dentro de esta crítica
incluimos el anarcosindicalismo. Nos aceptan más fácilmente hoy; básicamente…
¿quién no critica a los sindicatos hoy en día? Nadie o casi nadie.
Nuestra crítica del sindicalismo era también la crítica del método cuantitativo que
tenía todas las características del embrión del partido. Era también una crítica de
las organizaciones específicas de síntesis. Era también una crítica de la
respetabilidad de clase prestada de la burguesía y filtrada a través de clichés de la
llamada "moralidad proletaria". Todo esto no puede ser ignorado…
Pues si muchxs compañerxs están de acuerdo con nuestra actual crítica
del sindicalismo, aquellxs que comparten una visión de todas las
consecuencias a las que da lugar son solo unxs pocxs.
Solo podemos intervenir en el mundo de la producción dejando de usar medios que
nos coloquen en perspectivas cuantitativas. Lxs sindicalistas, POR TANTO, no
pueden afirmar que tengan organizaciones específicas detrás trabajando en la
hipótesis revolucionaria.
Nuestro deseo de no caer en la perspectiva cuantitativa nos lleva a un método
diferente de intervención, a construir un núcleo de fábrica o núcleo zonal que se
limite a mantener el contacto con una estructura anarquista específica, y esté
exclusivamente basado en la afinidad.
Es desde la relación entre el núcleo de base y la estructura anarquista específica
como un nuevo modelo de lucha revolucionaria surge para atacar las estructuras
del capital y el Estado mediante el recurso a métodos de insurrección.
Esta es la forma de organización que permite combatir la nueva estructura
productiva. La fábrica va a desaparecer, nuevas organizaciones
productivas están tomando su lugar, basadas principalmente en la
automatización. L@s trabajador@s del ayer serán parcialmente integrad@s en
una situación de apoyo a la máquina o simplemente en una situación de seguridad
social a corto plazo, supervivencia a largo plazo. Nuevas formas de trabajo
aparecerán en el horizonte. El frente de trabajador@s clásico ya no existe. Como
es obvio, tampoco el sindicato. Al menos no en la forma en la que lo hemos
conocido hasta ahora. Se ha convertido en una empresa más.
Una red de diferentes relaciones, todo bajo el estandarte de la
participación, el pluralismo, la democracia, etc... se irán extendiendo
sobre la sociedad sometiendo a casi todas las formas de subversión. Los
aspectos extremos de los proyectos revolucionarios serán sistemáticamente
criminalizados.
Pero la lucha tomará nuevos caminos, se filtraran hacia miles de nuevos canales
subterráneos emergiendo en cientos de miles de explosiones de rabia y destrucción.
Como anarquistas debemos ser cuidados@s, somos portador@s de una
frecuentemente pesada hipoteca del pasado, no para permanecer distanciad@s de
un fenómeno que terminaremos no comprendiendo y cuya violencia podría un
buen día incluso asustarnos. Y en el primer caso debemos ser cuidados@s para
desarrollar nuestro análisis al completo.
A.M.B.
(extraído de la página www.geocities.com/kk_abacus)
*Traducción: "Els manipuladors"(traductor/a traidor/a)
NOTA: Este texto esta basado en un texto de A.M.Bonanno, ha sido modificado
para su mejor entendimiento.
SOBRE EL SINDICALISMO
Pannekoek
[4º artículo]
( ...) Las condiciones de trabajo ya no están dictadas por intereses capitalistas
todopoderosos. Se reconoce gradualmente a los sindicatos como representantes de
los intereses obreros; aunque siempre es necesario volver a luchar, los sindicatos se
trasforman en un poder que participa en las decisiones. No en todos los ramos de
la industria, seguramente, y no a la vez en todas partes. Habitualmente los
artesanos especializados son los primeros en construir sus sindicatos. Las masas no
especializadas de las grandes fábricas, que se enfrentan con empleadores mas
poderosos, ocupan en general el segundo
lugar; sus sindicatos comenzaron a menudo con súbitos estallidos de grandes
luchas. Y contra los dueños monopolistas de empresas gigantescas los sindicatos
tienen pocas posibilidades; estos capitalistas todopoderosos desean ser dueños
absolutos, y en su arrogancia difícilmente permiten ni siquiera los sindicatos
amarillos serviles.
Aparte de esa restricción, y aún suponiendo que el sindicalismo este plenamente
desarrollado y controle toda la industria, esto no significa que se ha abolido la
explotación , que se ha reprimido al capitalismo. Lo que se ha reprimido es la
arbitrariedad del capitalista individual; lo que se ha abolido son los peores abusos
de la explotación. Una norma de salarios, que satisfaga las exigencias vitales mas
modestas, de modo que los trabajadores no se vean empujados una y otra vez a
rebelarse por hambre, es cosa necesaria para que la producción no se interrumpa.
Una norma de horas de trabajo que no sea totalmente agotadora de la vitalidad de
la clase trabajadora -aunque la reducción de horario se neutraliza en gran medida
por la aceleración del ritmo y el esfuerzo mas intenso_ es cosa necesaria para el
capitalismo mismo, para preservar en condiciones de uso a una clase trabajadora
la que mediante su lucha contra la mezquina avidez del capitalista tuvo que
establecer las condiciones del capitalismo normal. Y tiene que volver a luchar sin
cesar para preservar ese cierto equilibrio . En esta lucha los sindicatos son los
instrumentos. Por lo tanto, los sindicatos cumplen una función indispensable en el
capitalismo. Los empleadores de mentalidad limitada no perciben este hecho, pero
sus líderes políticos , de mas amplías miras, saben perfectamente que los sindicatos
son un elementos esencial del capitalismo, que sin ellos como normalizar el
capitalismo no está completo. Aunque los sindicatos son producto de la lucha de los
trabajadores y se mantienen mediante el sufrimiento y los esfuerzos de éstos, son al
mismo tiempo órganos de la sociedad capitalista.
Con el desarrollo del capitalismo, sin embargo, las condiciones se volvieron
gradualmente mas desfavorables para los trabajadores. El gran capital crece,
siente su poder y desea ser dueño en su casa. Los capitalistas también han
aprendido a percibir el poder de la asociación; se organizan sindicatos de
empleadores. Así, en lugar de la igualdad de fuerzas surge un nuevo influjo del
capital. Las huelgas de contrarrestan con paros patronales (lock-outs) que drenan
los fondos de los sindicatos obreros. El dinero de los trabajadores no puede
competir con el de los capitalistas. En las negociaciones acerca de los salarios y
condiciones de trabajo los sindicatos constituyen mas que nunca la parte mas débil,
porque tienen que temer, y por ende deben tratar de evitar las grandes luchas que
agitan las reservas y con ello ponen en peligro la existencia segura de la
organización y de sus funcionarios. En las negociaciones los funcionarios sindicales
tienen que aceptar a menudo una disminución de sus exigencias para evitar la
lucha. Para ellos esto es inevitable y evidente por sí mismo, porque comprenden
que al cambiar las condiciones ha disminuido el poder relativo de lucha de su
organización.( ... ) El desarrollo del capitalismo, el aumento del número de
trabajadores, la urgente necesidad de asociación, hacen que los sindicatos se
trasformen en organizaciones gigantescas que requieren un equipo cada vez mayor
de funcionarios y líderes. Estos llegan a constituir una burocracia que administra
todo el negocio, un poder dominante sobre los miembros, porque tienen en sus
manos todos los factores del poder. Como expertos preparan y manejan todos los
asuntos, administran las finanzas y la inversión del dinero con diferentes
propósitos, son directores de los diarios sindicales, mediante los cuales pueden
imponer sus propias ideas y puntos de vista a los miembros. Prevalece una
democracia forma: los miembros en sus asambleas, los delegados elegidos en los
congresos, tienen que decidir, así como el pueblo decide la política en el
parlamento y en el estado. Pero las mismas influencias que hacen que el
parlamento y el estado se transformen en señores del pueblo, operan también en
estos parlamentos del trabajo. Estos transforman a la burocracia alerta de
funcionarios expertos en una especia de gobierno sindical que maneja a los
miembros absorbidos por su trabajo y preocupaciones diarias. A éstos se les pide
no solidaridad, que es la virtud proletaria, sino disciplina y obediencia a las
decisiones. Así surge una diferencia de punto de vista, un contraste de opiniones
respecto de diversas cuestiones. Ese contraste se ve fortalecido por la diferencia
que existe en lo que respecta a las condiciones de vida: la inseguridad de trabajo y
de los obreros, siempre amenazado por las fuerzas de la depresión y por el
desempleo, en contraste con la seguridad que necesitan los funcionarios para
manejar adecuadamente los asuntos sindicales.
Fue tarea y función del sindicalismo, mediante su lucha mancomunada, sacar a los
trabajadores de sus desesperada miseria y conquistar para ellos un lugar
reconocido en la sociedad capitalista. El sindicalismo tuvo que defender a los
trabajadores contra la explotación cada vez mayor por parte del capital. Ahora,
cuando el gran capital se consolida mas que nunca un poder monopolista de los
bancos y de los intereses industriales, esta función anterior del sindicalismo ha
terminado. Su poder resulta escaso en comparación con el formidable poder del
capital. Los sindicatos son ahora organizaciones gigantescas, con su lugar
reconocido en la sociedad; su posición está reglamentada por la ley, y los acuerdos
de las comisiones que laudan acerca de los salarios tienen fuerza legal coactiva
para toda la industria. Sus líderes aspiran a formar parte del poder que rige las
condiciones industriales. Ellos son el aparato mediante el cual el capital
monopolista impone sus condiciones a toda la clase trabajadora. Para este capital,
ahora todopoderoso, es normalmente mucho mas preferible disfrazar su dominio
en formas democráticas y constitucionales, que mostrarlo en la desnuda brutalidad
de la dictadura. Las condiciones de trabajo que el capital considera adecuadas
para los trabajadores serán aceptadas y obedecidas mucho mas fácilmente en
forma de acuerdos celebrados por los sindicatos que en forma de dictados
impuestos con arrogancia. En primer lugar, porque a los trabajadores les queda la
ilusión de que son dueños de sus propios intereses. En segundo lugar, porque todos
los vínculos de adhesión, que como su propia creación, la creación de sus sacrificios
, de su lucha, de su exaltación, hacen que los sindicatos sean queridos para los
trabajadores, están ahora al servicio de los dueños. Así, en las condiciones actuales
los sindicatos se han transformado mas que nunca en órganos del dominio del
capital monopolista sobre la clase trabajadora.
(...)Como instrumento de lucha de la clase trabajadora contra el capital, los
sindicatos están perdiendo su importancia, Pero la lucha misma no puede cesar.
Las tendencias represivas se hacen mas fuertes bajo el gran capitalismo, y por lo
tanto la resistencia de los trabajadores también debe ser mas enérgica .Las crisis
económicas se hacen cada vez mas destructivas y socavan un progreso
aparentemente asegurado. La explotación se intensifica, para retrasar la
disminución de la tasa de beneficio que percibe el capital, en rápido aumento..Así
se provoca una y otra vez a los trabajadores a que opongan resistencia. Pero
contra el poder grandemente acrecentado del capital ya no pueden servir los viejos
métodos de lucha. Se requieren nuevos métodos, y muy pronto comienzan a
aparecer por sí mismos. Brotan espontáneamente en la huelga (ilegal) salvaje, en la
acción directa.
La acción directa significa acción de los trabajadores mismos sin intermediarios de
los funcionarios sindicales. Una huelga se llama salvaje (ilegal o no oficial), por
contraste con la huelga declarada por el sindicato de acuerdo con las disposiciones
y reglamentaciones. Los trabajadores saben que esta última no produce ningún
efecto, pues los funcionarios se ven forzados a declararla contra su propia voluntad
y punto de vista, pensando quizá que una derrota será una lección saludable para
los insensatos trabajadores, y tratando, en todo caso, de ponerle término lo antes
posible. Así, cuando la presión es demasiado intensa, cuando las negociaciones con
los directores se prolongan sin ningún resultado, al final en grupos mas pequeños o
mas grandes irrumpe la exasperación y se desencadena la huelga
salvaje.
Texto extraído del libro "Los consejos obreros" de A. Pannekoek
ABAJO EL TRABAJO
La comun-@
[5º artículo]
Quede dicho de entrada que el trabajo fue la primera condena tras la expulsión del paraíso que cayó a
los hombres: "Trabajarás el pan con el sudor de tu frente"; a las mujeres se les destinó otra: "Parirás
los hijos con dolor". Pero con el Progreso del Progreso las mujeres mal llamadas liberadas nos hemos
hecho cargo de las dos condenas y para mayor inri tenemos a mucha gala y honra eso de alcanzar
nuestro puestecito de trabajo, es decir, un lugar en este viejo mundo del Hombre".
Supongo que todas sabemos lo malo que es el trabajo, bueno, siempre queda el
sindicalista convencido que el simple cuestionamiento del trabajo le haría perder
su norte, pero para las más, el trabajo es una mierda que no nos queda mas
remedio que tragar con ella, a pesar de su mal sabor y apestoso olor, y que más de
una quisiéramos aparcar hasta el fin de nuestros días. Sin embargo la crítica al
trabajo, continua siendo territorio de idealista y soñadores, y un gran tabú para la
gran mayoría de profesionales de la lucha obrera dentro de las filas libertarias, y
no digamos ya dentro de las filas de la izquierda en general. Aún así, o por eso
mismo, frente a sus 40, 35 0 30 horas (¿Alguien da menos?), frente a su semana de
4 días, y sus míseras reformas, no deberíamos dejar de insistir en la nocividad de la
base del sistema infiel-capitalista: el trabajo.
El tRaBAjO PeRjuDiCA seriamentE La SaLud
"Así que lo primero es cuestionar la conformidad del trabajo, la necesidad del mismo trabajo
(entendemos por trabajo lo que la gente corriente llama trabajo: la venta de la vida -la mayoría del
tiempo de nuestra vida- que ofrecemos en aras de la producción o reproducción mayormente
inutilidades, a cambio de dinero para poder comprarlas, como empujados por una especie de sacrificio
o pago de una vieja deuda al parecer nunca satisfecha). Hay, por supuesto, otras labores que, aunque
se les llame impropiamente trabajo, no responden a ese esquema dominante"
¿A cuánto estarías dispuesto a vender una hora de tu vida?, ¿qué precio tienen 8
horas de tu vida diarias?, teniendo en cuenta que necesitamos una media de 8
horas para dormir, una para cada comida, y 8 las pasamos en el tajo, (sin contar
las horas extras, pagadas o no, obligadas por la empresa o por la vida de mierda
que llevamos llenas de letras, hipotecas, préstamos), ¿a cuánto vendes el 75% de tu
vida consciente?, es mas, si fuéramos plenamente libres para elegir ¿venderíamos a
precio de saldo ese 75% de vida consciente que nos pertenece?, es más,
¿venderíamos a algún precio cualquier porcentaje de la vida?. La mayoría de
nosotras ni siquiera somos conscientes de dicha venta, aunque ciertamente no es
que vendamos nuestra vida, es que nos obligan a venderla al precio que ponen
ellxs, lxs dirigentes del mundo, y no solo se la vendemos a precio de saldo sino que
no somos capaces de imaginar una vida que no esté en venta, ni siquiera en algunos
casos somos capaces dentro del inmenso mundo del ideal y de la revuelta de
argumentar un discurso fuera del mundo de las miserias laborales, del mundo del
trabajo-explotación-producción-consumo fuera de reclamar el precio justo de
nuestro suicidio.
Es triste, por no decir que es una puta mierda, ver como la izquierda
extraparlamentaria y el anarcofolklore se empeñan en centrar su discurso en la
reforma de los medios de producción (ya que eso de la conquista de los medios de
producción hace años que se dejó de lado). El discurso de la mayor parte del
mundillo se centra en una esclavitud digna, que si más sueldo, menos horas, que si
trabajo digno, que si reparto del trabajo (personalmente paso de mi parte de
trabajo, eso si, quiero mi parte de riqueza), y no intentes sacarlxs de ahí porque se
ven mas perdidxs que una cabra en un garaje. Es mas que evidente que llevamos
asumido el rol de esclavxs (dignxs o no, esclavxs al fin y al cabo), y es que siglos de
culturización cristiana, con su apología del sufrimiento, no podían desaparecer sin
dejar rastro, y esa cruz cargada que es la apología del martirio nos recuerda una y
otra vez eso de que el trabajo dignifica, el trabajo es salud, a quien madruga dios le
ayuda, o como rezaba el cartel de bienvenida de Auschwitz "El trabajo os hará
libres".
CoNSumO LuEGo eXIsTo
Todo lo que nos rodea está en venta. Los coches, los pisos, las personas, el ocio,
todo está a la venta en esta sociedad de mierda. El dinero, inicialmente inventado
como instrumento para el ser humano, se ha convertido en el dios omnipresente y
omnipotente del que hablan la mayor parte de las religiones, Jehová-Dollar, aquí
mas conocido como Yahvé-Euro, todo lo puede, todo lo tiene, y aplasta implacable
a todo aquel que no se postre fielmente ante él. El consumo es la nueva religión
mayoritaria, tanto tienes, tanto vales, las personas somos aquello que poseemos,
¿dónde vas por la vida sin un piso?, te dicen algunxs, ¿todavía no tienes coche?, eso
ya es inaudito. Aparecerán entonces los enfermos del trabajo, horas y mas horas
para pagar letras y mas mierdas al fin y al cabo. El tandem producción-consumo
se apodera de nuestras vidas, es nuestra pesadilla infernal- pescadilla que se
muerde la cola, más productos=más consumo, más consumo= más dinero, más
dinero= más trabajo, más trabajo=menos vida. Como los lemmings nos tiramos
por el precipicio bajo la atenta mirada del Capital.
SObrEViVO LueGo eXIstO
"No podemos olvidar que el trabajo es condena y lo mas inteligente sería librarse de él lo mas posible"
Quien más quien menos estamos dentro de esta dinámica de muerte.
Lamentablemente no basta con ser conscientes para salir de este círculo viciosos
suicida. Sobrevivir se ha convertido en un reto para la mayoría de nosotras, a
menudo, la simple supervivencia es capaz de agotar nuestros esfuerzos, y es que las
personas empezamos a ser un estorbo para el capital. Tampoco podemos quitar el
mérito a las organizaciones de la variopinta izquierda así como el anarcofolklore
confederal de llevar años encaminando los esfuerzos de ingenuos militantes por
caminos agotadores e infructíferos de las pequeñas reformas y la esclavitud
dignificada. No necesitamos líderes, ni partidos , ni sindicatos, ni colectivos procausa
para saber quien nos jode cada día , el día a día nos ha obligado a tragar con
nuestra condición de esclavos. Lo mas digno para el esclavo, es pues, rebelarse, y
como esclavos rebelados, cual espartacos de nuestros barrios, tajo, escuela, etc,
deberíamos hacer de la protesta un medio de vida, y es me dio de vida en la medida
que la dignifica, pues si además de esclavos, somos esclavxs dormidxs, esclavxs
agradecidxs, no merecemos ni la mierda de vida que nos ofrecen. La revuelta
constante y difusa de casa conciencia que no espera que la salven y se salva así
misma. Quemar un banco no es entonces un acto terrorista, sino una acción del
sentido común. El atraco, el robo, la usurpación, la expropiación, son los dulces
que ofrecemos a nuestra maltrecha dignidad para tratar de recuperarla. No
esperemos que nadie nos salve de nuestra vida de mierda, empecemos cada unx a
recuperarla. Ataca a un banco cada día, atraca un banco para tu vida.
Severino de Jóvenes
Nota: El texto que está en cursiva está extraído de un artículo de Isabel Escudero, de la revista
Archipiélago nº48. No es que sea una maravilla, pero tiene algún trozo que no está mal.
sueldo
Aquella esperanza que cabía en un dedal,
aquella alta vereda junto al barro,
aquel ir y venir del sueño,
aquel horóscopo de un larguísimo viaje
y el larguísimo viaje con adioses y gente
y países de nieve y corazones
donde cada kilómetro es un cielo distinto,
aquella confianza desde no sé cuándo,
aquel juramento hasta no sé dónde,
aquella cruzada hacia no sé qué,
ese aquel ritmo y alguna lotería,
en fin, para decirlo de una vez por todas,
aquella esperanza que cabía en un dedal
evidentemente no cabe en este sobre
con sucios papeles de tantas manos sucias
que me pagan, es lógico, en cada veintinueve
por no tener los libros rubricados al día
y dejar que la vida transcurra,
gotee simplemente
como un aceite rancio.
¿HAS ROTO DESDE HACE TIEMPO TU CARNET
SINDICAL?
Raoul Vaneigem
[6º artículo]
¿Has roto desde hace tiempo tu carnet sindical?
En caso afirmativo, has entendido que:
· a) Es falso considerarse traicionado por los sindicatos. Estos constituyen una
organización separada de los trabajadores y que se convierte necesariamente en un
poder burocrático que se ejerce contra ellos al tiempo que organiza el espectáculo
de su defensa.
· b) Creados para la defensa de los intereses inmediatos de un proletariado superexplotado,
con el desarrollo del capitalismo, se han convertido en los agentes de
cambio y bolsa titulares de la fuerza de trabajo. Su objetivo no es abolir la
condición asalariada sino mejorarla. Así pues, son los mejores servidores del
capitalismo que impera, bajo la forma privada o estatal, en todo el mundo.
· c) La idea anarquista de un "sindicato revolucionario" ya significa la
recuperación burocrática del poder directo que los trabajadores pueden ejercer
directamente reuniéndose en asambleas de consejos. Nacida de un rechazo de lo
político en nombre de lo social, vuelve a caer en la trampa de la separación y de los
líderes (aunque algunos de ellos no quieran comportarse como jefes).
· d) Los sindicatos son la burocracia paraestatal que completa y perfecciona el
poder que la clase burguesa ejerce sobre el proletariado.
(Extraído del líbelo "de la huelga salvaje a la autogestión generalizada" de Raoul
Vaneigem, capítulo I "la sociedad de supervivencia")

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