METODOS DE ORGANIZACION ANARKOPUNK Y DISKREPANCIAS (tercera parte)


I
Dentro de los fieles aspektos organizativos enprendidos por lxs anarkopunks de los mas fieles ,de lxs repetitivamente seducidxs por las propuestas espektakulares del kuantitativismo akarreador ,de lxs mas iluminadxs ke se autoretribuyen experiencias nostalgiosamente expresivas del lagrimon de una vieja epoka ochentera ,reflejos de una edad madura zarpada en podrida ,estxs ke por mas largha ke dibujen sus vidas momifikadas a ideas plataformistas no llegaron ni llegan a destruirlo todo ni eso desde ninguna ruptura hacia nada o hacia todo ,ningun aboliccionismo a su kotidianidad de ciudadanos anarkopunks,trabajadores ,proletarios ,adoptivos sindikalerxs ,kon obras sociales ,de una justa distribucion , de una logika izkierdista,marxista misturada kon un poko de kropotkinismo moralista en una receta estrategika de tolstoianismo kristiano enemigxs a ultranza de la violencia y del terror hacia el ejendrado violento y terrorifiko sistema ,kon miedito fantasmal de un fanatismo del dejarce golpear ,por el kontexto informal ,de una diskucion diskrepante desde siempre ke alla sido afrontada por kada kien ,pero el reimpulso latente de una masa interancionalista anarkopunk ,juntxs al explotado y al exkluido segun la alternativa evasiva de una vida de militantismos exepsionales y no de destruccion ,de autogestion por una aktividad produktiva soñando gritar libertad tras un perfkto orden ,abrochadxs por un cinturon flexible ke lleva a esperar la revolucion tras la toma de las makina ke no podremos reducirlas a tuerkas ,ni por todo el kontrol asi mimxs de nuestras propias vidas ,por ai estaran ellxs defensores y falsos kritikxs del esta relidad de mierda se levantaran en konservadurismo de un termino ,por un figuretismo de fuerza ,por la fuerza de hecho hacia el komvencimiento de nesesariedades de revolucion,revolucion en teoria y nada mas ke su konosiemiento teoriko de la gran teoria va ser lo ke nos llevara al ismo de la anarkia ,insoportable komvivencia social aktual ,y el kambio de esta para su reproduccion ,nuevos valores,nuevas aktividades produktivas ,y reduccion enferma de el atake ,pacifikacion konforme y deforme ,vernos formalmente organizadxs ... dentro del federalismo en estos tiempos ??? y fuera o desde donde lo veamos es reformista ,revividorxs de la pudricion reformandolo todo ,kuanto rechazo ,kuanto centralismo .sin ningun programa de sisntesis o proyektualidad anarkista ,esto es lo bueno !! joder!! ke bueno tio!! ha festejar bailando tecno en la okupa del barrio ,en akella ke konseguimos ke no sea desalojada ...y es muy bueno ke en sus publikaciones aklaren estar adheridxs a al federalismo y al internacionalismo esto ,asi kuando identifikemos lo ke nos arto de mas de todo este papel aktuado en esta escena ,podramos enceguesernos felizmente de ni enkontrarlxs en nuestro entorno ,ni apareseran por mas ke lo buskemos por kada rinkon y se les desgaste la linterna iluminada de su ideologia organizativista buskandono a nosotrxs ,de su espektakulo kuantitativo ,mientras gritan por lo bajo ,somos muchxs ,estamos organizadxs ,hemos konseguido tomar los medios de podruccion!!.y produciran teorias revolucionarias.. aburriddas!!

II
Es nesesario ke ante el proyekto anarkopunk de un programa diktado a la mejor interpretacion intelektual ,de akellas plataformas ke se tambalean kon el eco aturdidor del violento simbolismo bandaliko de las molos,las estrukturaciones organizativas en todos sus aspoektos formas y metodos proboken el click de rupturas violentas ,desprendimeintos y desvinkulos algunos de la praktika asitencialista de lxs anarkopunk,centros sociales y kjulturales al servicio de la alternativa evasora a las agreciones del sistema ,para el resto ke no se adihere sepan soportar y doble mente ,por kulpa de kienes si konsiguieron evadir ,pero la evacion solo kedara en esto hasta kadukar la resistencia bondadosa ,y ningun levantamiento sera ni por medio de disturbios espontaneos irracionales ke podrian llegar a desentralizar la revolcion ordenada tendra kabida ,de eso se okuparan lxs programistas del proyekto anarkopunk ,sin desmanes ni kilombos de odio venganza y fuego ,es presiso vivir la kotideanidad punk anarkika kon odio ,kon amor destruktivo a lo establecido komo praktika de desemvolvimiento en lo mas alejado del trabajo teoriko revolucionario de las doktrina central del internacionalismo anarkopunk ,disfrazada de amplia ,de habierta, de antisektaria y de toda su blasfemia sy reformismos kamuflados, es nesesario salirse de la logika del partido ke dentro de los metodos organizativos de los anarkopunks han sido fervientemente citados y defendidos jerrkikamente komo un ejemplo a seguir ,ya desde el pprimer kambio de la marea kontextual revolucionaria.lxs anarkopunks mas ezperanzadxs han dijerido la deliciosa aceptacion ,entendiendo,estudiando asumiendo y alucinando kon poder fortalecerse en egos reflejivos de CNTismos treintistas homenajeado kada julio ,pues esto ha sido un klaro metodos organizativo a seguir sin la minima negacion ,la mejor y emocionante novela para un anarkopunk kolektivista ,positivamente klaro esta reivindikado ala ves ignorado,o tapado en lo mas potente y ehegemoniko ke esto ha sido tras su nefasto desarrollo sindikalista,obejtivas mejoras laborales ,en reduccion del atake insurrecto ,okupando puestos de ministros tras konformarse parte de la generalitat ,en esto la mas klara logika partidista,... es nesesario komo punks anarkikxs mandalxs a kagar ??
solo keremos el konflikto,
punks unidxs klaro!!
pero solo por afinidad ,informalidad ,axion...

y muerte al al reformismo anarkopunk!
!

MATANZA CIVIL - el grito de la destruccion

DESDE SALAMANKA TERRIBLE BANDA HC PUNK KON LETRAS KLARAMENTE EN LA LINEA INSURRECIONALISTA ,BUEN SONIDO BUENA LETRAS ,BUENA POSTURA

.01 - genocidio
.02 - cobardes
.03 - el grito de la destruccion
.04 - armas occidentales
.05 - siniestra prision
.06 - esclavos
.07 - rutina
.08 - maquinas de matar
.09 - sed de sangre
.10 - voluntad de dios
.11 - grito de odio
.
.Matanza Civil - El grito de la destrucción.rar

NUESTRO RUIDO NUESTRA ARMA N 2 re subido





KOMPILADO DE BANDAS KOMPAS Y AMIGAS ,ESTE KOMPI LLEVA POR NOMBRE NUESTRO RUIDO NUESTRA ARMA EN SU SEGUNDA PARTE ,KONTIENE 30 TEMAS MAS DOS TRACKS SORPRESA TODAS BANDAS PUNKS Y ANARKISTAS DE TODAS LAS TENDECIAS TANTO IDEOLOGIKAS KOMO MUSIKALES ,ENTRE CRUST .DBEAT,HC,PUNK ,ETC REALIZADO 100% HTM POR AUTODEFENSA DISTRO (CATALOGADO) LAS PORTADS Y KONTRAPORTADS ESTAN TODAS EN LAS DESKARAGS POR SI TE LAS KERES IMPRIMIR Y DIFUNDIRLO EN TU FERIA ADEMAS VIENE KON UN ZINE DESKARGATELO SIN RENDIRLE KUENTAS A NADIE PIRATEA Y DIFUNDE!!

LAS BANDAS KE HACEN EL AGUANTE SON:
AGITACION (COLOMBIA)
1- KONSUME
2- RADIO LIBRE
3- TERRORISMO DE ESTADO
ATACKE NUCLEAR (BRASIL)
4-ANTIPODER
5-CIDADEDO DESESPERO
AUTONOMIA (PERU)
6-YO VI ARDER
7-APOLITIKO
8-DIA TRAS DIA
BARRAKAS (COSTA RICA)
9-VIVA LA ANARKIA
10-EL DESPERTAR
11- TE EDUKAN
DEPRESIVO KRONIKO ( COLOMBIA)
12-IDEAS FIRMES
13- MUNDO EN KAOS
DHK (PERU)
14-LA VIDA NO ES UN SUEÑO
15-NO SOLO VASTA KON DESTRUIR
16-ROBALES
EL FUEGO DE LXS NADIE (PERU-COLOMBIA)
17-ROBAN TU VIDA
18-CLICHES REVOLUCIONARIOS
FUSILADXS POR LÑA DEMOCRASSIA (ARGENTINA)
19-LAS MULTINACIONALES
20-LOS MEDIOS MIENTEN
21-PRESXS
PUNKREAS (ARGENTINA)
22-PROTESTA
23-UN DIA MAS
RANCOR ( BRASIL)
24- A KONKISTA DO PAO
25-SOMOS
SIN PATRIA ( PERU)
26-VENGANZA
27-REIVINDIKEMOS
28-FIESTA LIBERTARIA
TERROR KONTRA TERROR ( ARGENTINA -CHILE)
29-AI FERRI CORTI
30-DERECHO DE MATAR AL ATIRANO
GENOXIDIO
31-LA MASAKRE DE KANTAURA

DESCARGALO QUI

NIHIL PUBLICACION ANARQUIKA - LA ANARKIA KOTIDIANA

LO SIGUIENTE ES PARTE DE LA EDITORIAL DEL NIHIL DE MALOS AIRES ARGENTINA PUBLIKACION KE SIRKULA DE MANERA GRATUITA EN MESAS DE DIFUSION DE LA IDEA AKI LO PRESENTAMOS AKOMPAÑADO KON UN ARTIKULO TITULADO ,LA ANARKIA KOTIDIANA DE LA MISMA PUBLIKACION .

VIVA LA ANARKIA KOMO METODO DE INDIVIDUALIZACION!!
QUE ES NIHIL?

Es una publicación anárquica que rechaza todos los valores morales, éticos, sociles, políticos, ideológicos, declases, etc.,
ya que los mismos significan
el ejercicio de la dominación por parte
del poder estatal, del capital y de las distintas mediaciones contra los individuos/as. a fin de perpetuar el dominio de aquellxs.
Nihil, no se plantea eregir o plantear nuevos valores, ya que losmismos impiden a las individualidadesel pleno ejerciciso de su libertad yautonomía individual.

Nihil, se plantea que laAnarquía, no es ni orden, ni organización, sino todo lo contrario, es caos, destrucción, desmadre, revuelta einsurrección permanente contra todoaquello que nos convierte en esclavos, oque nos somete a servidumbre.

Nihil, rechaza toda clase deorganización, ya que la misma implica
delegación y sometimiento de la
autonomía y de la espontaneidad individuala un colectivo que impone valoresy pautas de conductas de rebaño
.

Nihil, intenta por medios deestas páginas propagar la rebeldía, lainsumisión, y la auto-afirmación de laautonomía individual.Esto, es algunas de las pocascosas que esta publicación se propone,nocomo programa sino como práctica dela acción.

LA ANARKIA KOTIDIANA


La Anarquía, no es una bella ilusión, que sólo será posible en un futuro indeterminado. La Anarquía es hoy, en cada instante en cada momento de nuestras vidas como individuos/as. Es por ello, que la Anarquía no la podemos aprender a través de las abstracciones de los libros, ya que ella es simplemente una tensión, una reapropiación de la individualidad que ha sido encadenada por el espectáculosocial. El Anarquismo, y ello, a pesar de los epígonos oficiales, no es una ideología política, o un movimiento político, el accionar Anárquico no se basa en la homogeneidad teórica de alguna plataforma y/o programa político, que solamente intenta establecer valores y dogmas de rebaño. La Anarquía, como se hamanifestado más arriba, es tensión que se traduce en ruptura e insurreccionalidad contra todos los valores establecidos. Pero ello no se logra de la noche a la mañana, no nos despertamos un día habiéndonostransformados por arte de un “milagro” en Anarquista.Dicho proceso, en síntesis es una práctica, no teoría, de ruptura contra todo aquello que nos transforma en esclavos, contra todos los valores borregiles, que los nuevos dioses pregonan a través de sus “libros santos”.Dicha ruptura contra el espectáculo social exige, no solo confrontar contra el poder estatal y el capital, sinotambién con valores tales: como familia, matrimonio, educación, amor, etc.El anarquismo a diferencia del marxismo, hace su eje en la autonomía de la individualidad, ya que la ruptura contra la autoridad, las jerarquías, los valores borreguiles impuestos por las religiones,sean estas metafísicas o sociales, a favor de una autonomía y libertad absoluta del individuo/a, exige de parte de cada ser,ruptura e insurrección contra el espectáculo simulador que impone el orden social imperante.La Anarquía es reapropiarnos de nuestra existencia, es romper con las medidas que la sociedad mercantil impone.Por ello, la Anarquía es la auto-construcción de nuestra propia individualidad, rechazando todo aquello que implique opresión, delegación de nuestro poder a mediaciones. Por ello, la ruptura con las cotidianeidades que la sociedad mercantil impone, transforma al Anárquico, que ha decidido en virtud de su propia práctica insurgente, en un ser pérdido para la sociedad, un provocador que atentará contra toda jerarquía, contra todo dogma, contratoda moral. Ha roto lazos con la representación social, es aquel que perturba la tranquilidad oficial en el desarrollo de aquella, desenmascarando y rebelándose contra las simulaciones que dicho orden social proyecta.
consideradas como objetos, que deben cumplir determinados roles estereotipados.Ninguna diferencia hay entre el marxismoy el capitalismo, ya que ambos se propone el ejercicio del poder de dominación social y coactiva.La vida que nos proponen, y que los anarquistas no la aceptamos y nos insurreccionamos ante ello, esrenunciación, valores, esquemas, dogmas, en síntesis sumisión. En virtud de ello, es que los diversos especialistas buscan arrastranos al fanegal de la mediocridad, del martirio, de la idealización religiosa de la revolución,que no es otra cosa, y no es novedad alguna,que reapropiación de la esencia de lasociedad espectacular, que mutilara nuestra libertad y poder, en aras de un entecolectivo, sea partido, estado, colectividad,etc. en perjuicio de nuestra propia vida.La Anarquía cotidiana es ruptura/insurrección y autonomía, que se abrazantodas ellas junto al caos en el frenesí destructordel orden social, apropiándonos denuestras vidas.Nada puede garantizar lapermanencia temporal de nuestras rupturascontra el orden social, ya que debemossortear siempre las redes tramposas delhumanismo, el sacrificio yfundamentalmente la seguridad que imponeesta sociedad capitalista.
El anárquico ha roto con la “ética”, que noes otra cosa que la creencia en elcompromiso y en la conciliación. La rupturay la insurrección tiene un preciso momentode inicio, cuando a través de la praxisrebelde se deja de creer,y comienza elproceso de destrucción.Pero ello no implica que elAnárquico este exento de acechanzas departe de la sociedad, el orden social, se hadicho, es un gran simulador, unpredegistador de imágenes, que puedellevarnos a confusiones y a reapropiacionesde valores , o la constitución de nuevosdioses.Es por ello, que la Anarquíacotidiana, entendida la de todos los días,debe precisamente rebelarse einsurreccionarse todos los días. LaAnarquía no es para días festivos,o uncliche de moda para determinados círculos.La Anarquía es provocación, insurrecciónsubversión, caos y destrucción de todoslos aspectos con que el orden social intentaejercer su dominio.Al iniciar esta nota se ha dichoque el Anarquismo, no es un proyecto ouna plataforma política, es pura prácticasocial, insurrección y destrucción.Nuestralibertad y pleno desenvolvimiento denuestra individualidad solo puede estar enel aspecto destructivo que destruya todoslos totems, todas las ficciones y todos losespectros de los nuevosdioses que intentanapropiarse de nuestro poder y nuestraunicidad.La ruptura con las diversasrepresentaciones de la sociedadespectacular, que se traduce en la simulacióny en la mercancías, es que se considera queel capital y el poder estatal intentaquebrantar a las individualidades, sea porla fuerza, y si no, por medio de la seducción,y el método que utiliza el poder para talesfines se puede traducir en pocas palabras:el humanismo, el sacrificio, el hombre honesto,en fin el buen ciudadano, que no esotra cosa, que aquel que sumisamenteacepta sin cuestionamiento alguno laautoridad y la sociedad tal cual le esrepresentada. Ello conlleva,a que secorporice el antagonismo entre aquellosque aceptan las relaciones de dominación,y los otros que rompen y se insurreccionanante tal estado de cosas.La comprensión y la necesidadde ruptura e insurrección anárquica contralo señalado anteriormente, no es dado desdeel plano teórico especulativo, sino que elcamino es a la inversa es netamente práctico,ya que que la aceptación de abstracciónteórica puede internalizar la seducción delpoder a través de los “especialistas de larevolución”, La anarquía, es otra cosa , esel rechazo al sacrificio y al martirio, quees una posición religiosa , herencia de latradición judeo-cristiana- que cuanto mássacrificios haga el pueblo elegido, clasesocial, etc., el premio será mayor, comomás será el castigo a todos aquellos quesean excluídos del “ pueblo elegido”.El Anarquismo rechaza ello, noconsidera que la Anarquía deba ponerseen práctica solamente una vez que losespecialistas hayan decretado la revolucióny el consiguiente triunfo de esta, todo locontrario, la Anarquía es todos los días, estensión infinita contra todo aquello quepueda significar la pérdida de la autonomíaindividual, y que las individualidades sean .consideradas como objetos, que deben
cumplir determinados roles estereotipados.
Ninguna diferencia hay entre el marxismo
y el capitalismo, ya que ambos se propone
el ejercicio del poder de dominación social
y coactiva.
La vida que nos proponen, y que
los anarquistas no la aceptamos y nos
insurreccionamos ante ello, es
renunciación, valores, esquemas, dogmas,
en síntesis sumisión.
En virtud de ello, es que los
diversos especialistas buscan arrastranos al
fanegal de la mediocridad, del martirio, de
la idealización religiosa de la revolución,
que no es otra cosa, y no es novedad alguna,
que reapropiación de la esencia de la
sociedad espectacular, que mutilara nuestra
libertad y poder, en aras de un ente
colectivo, sea partido, estado, colectividad,
etc. en perjuicio de nuestra propia vida.
La Anarquía cotidiana es ruptura/
insurrección y autonomía, que se abrazan
todas ellas junto al caos en el frenesí destructor
del orden social, apropiándonos de
nuestras vidas.
Nada puede garantizar la
permanencia temporal de nuestras rupturas
contra el orden social, ya que debemos
sortear siempre las redes tramposas del
humanismo, el sacrificio y
fundamentalmente la seguridad que impone
esta sociedad capitalista.

leer nihil #0,1,2,3,4

http://zinelibrary.info/search/node/nihil

MANIFIESTO POR LA DESAPARICIÓN DE LAS ORGANIZACIONES (Colectivo Inexistente)

LO KE SIGUE ES UN MANIFIEsTOS DE KOMPAS ANONIMXS DE LA ANARKIA, DE COCHABAMBA ,BOLIVIA FUE ENVIADO AL MAIL HACE UN TIEMPO Y LO VOLVIMOS A SUBIR KON LA INTENCION KOMO SIEMPRE DE EXRESAR NUESTRO RECHAZO ALA ORGANIZACIONES FORMALIsTAS DEL ANARKISMO KLASIKO Y LXS PLATAFORMISTAS LATENTES KE ANSIAN DE ESTABLECER ALA FUERZA SUS METODOS ORGANIZATIVOS POR ESO ES PRESISO DEL DETENIDO ANALIZIS KON EL FIN DE NO PERDER Y DE DAR VALOR A LO MAS IMPORTANTE ... LA INDIVIDUALIDAD!



MANIFIESTO POR LA DESAPARICIÓN DE LAS ORGANIZACIONES
Colectivo Inexistente.
UNO
En la actualidad Bolivia no cuenta con un “movimiento” anarquista ni anarkopunk, y ojala que esto se mantenga así, dado que muchas veces estos “movimientos” terminan en la centralización y el autoritarismo.

DOS
Por mucho tiempo el diverso campo de la rebelión se ha mantenido signado por una suerte de estadocentrismo, es decir que casi todos, tanto quienes desean “tomar el poder” como quienes no quieren hacerlo, piensan su estrategia en base al Estado, unos para ―supuestamente― destruirlo, y otros para “tomarlo”. En cualquier caso la obsesión estatal es evidente y esto, creemos, desgasta toda posibilidad interesante de reflexión y acción. Proponemos pensar e ir más allá del Estado. Resumiendo: el Estado debería valernos verga por una razón muy sencilla: no es omnipresente ni omnipotente. En muchas regiones el Estado es débil o aún inexistente, aunque esto pretende ser cambiado por el gobierno de Evo Morales. Como fuere, es claro que soñar o tener pesadillas con el Estado resulta desgastante, inútil y aburrido. Debido a ello profesamos el goce de la vida cotidiana y la praxis de la libertad al margen del Estado y sus estériles discusiones. Al respecto cabe señalar también que el Estado no es únicamente aquél conjunto de instituciones, aparatos ideológicos, burocracias, etcétera, o la suma de la “sociedad política” y la “sociedad civil”, como a algunos les gusta definirlo. Según afirmó lúcidamente Gustav Landauer, un anarco judío-alemán muerto en 1919, el Estado es, ante todo, una relación social. De esto concluimos que sólo estableciendo otras relaciones sociales no mediatizadas por la dominación combatiremos al Estado sin siquiera ya mencionarlo ni preocuparnos por su destino. Vivimos en el estómago del Estado, sí, pero también podemos trascenderlo sin mucha dificultad, siempre y cuando existan voluntad y determinadas circunstancias.

TRES
A estas alturas de la vida ya es muy redundante afirmar que el fin no debería justificar los medios, o que no es posible construir un nuevo mundo ―llámese nueva sociedad, nueva vida o lo que quieran― con medios autoritarios como la verticalidad de un partido. Sin embargo, paradójicamente, ciertos anarquismos continúan con las ideas del verticalismo, la centralización, la militancia disciplinada, bla, bla, bla, y esto, para nosotros, no sólo es algo aburridísimo, sino también una gran pérdida de tiempo. En contraposición profesamos explícitamente la muerte del anarquismo para avanzar hacia algo que podría llamarse “post-anarquismo”, aunque el nombre finalmente no importa. Lo más importante son las propuestas que queremos compartir y que han sido inspiradas, por qué no decirlo, en los comunicados de la Asociación de la Anarquía Ontológica de 1986 y en las descabelladas y acertadas ideas de un cuate apodado Hakim Bey.

CUATRO
Proponemos la “desaparición” de las organizaciones, aunque esta desaparición obviamente debería entenderse de forma metafórica. Cuando hablamos de “desaparición”, nos referimos a la clandestinidad o más precisamente a la “invisibilidad” de los proyectos locos encarnados en zonas autónomas temporales, que no son otra cosa que enclaves libres y efímeros, sustentados en la praxis conciente y secreta de actividades no mediadas por el espectáculo o la dominación: enclaves cuyas existencias se desarrollan en ciertos territorios ―físicos o psíquicos― regidos por el deseo. Es justamente en el aspecto perecedero de tales zonas donde radica su eficacia en tanto lugares libres, ya que se desvanecen antes de que la autoridad las aplaste y se reconstituyen en cualquier otro espacio y tiempo cubiertas por un manto protector de “invisibilidad” que permite la realización de cualquier propósito subversivo, ilegal o peligrosamente marginal. El manto de “invisibilidad” se deja caer solamente en el caso extremo de una confrontación final con la dominación y sus agentes, pero hasta mientras, las zonas autónomas temporales proveen la clase de intensificación asociada con la revuelta sin conducir necesariamente a su violencia y sacrificio; es más, en realidad eluden, en la medida de sus posibilidades, el fútil martirio de la confrontación violenta y directa. En síntesis, las zonas autónomas temporales son un ataque no convencional contra las estructuras de control, esencialmente contra las ideas dominantes, y su objetivo es dotarse de espacios con capacidad de permanecer ignorados e “invisibles”. En una palabra: no todos tienen que enterarse de todo.[1] Por tanto, se trata de crear organizaciones secretas, o no tan secretas, con fines variados y bajo la lógica de un grupo de afinidad. Dichas organizaciones “invisibles” tendrían que estar orientadas hacia la transformación de la vida cotidiana, hacia la construcción de relaciones sociales sin dominación en ámbitos micro y hacia la praxis de la libertad mediante la fiesta, el arte y todo lo que tenga que ver con lo lúdico, sin descartar otras actividades de distinto nivel radical. Estos grupos de afinidad podrían conformar redes horizontales y absolutamente descentralizadas y autónomas, pero la idea es no reclutar a nadie ni crear movimiento alguno. Las disciplinas, los estatutos, las declaraciones de principios, el culto al martirio y las militancias, responden al anacronismo anarquista moribundo y desdentado del siglo XIX y de la primera mitad del XX. Por otro lado, en la sociedad existe una cosa llamada servidumbre voluntaria, que consiste en que gran parte de la gente no es libre simplemente porque no quiere serlo. En consecuencia, no estamos de acuerdo con cierta lógica que pretende salvar al mundo y a todos sus habitantes. Planteado de otro modo: no somos quiénes para liberar a nadie.

CINCO
De acuerdo a esta perspectiva, no tiene mucho sentido seguir organizando “encuentros libertarios” "encuentro internacional anarkopunk ,1,2,3,4,5....", pues estos encuentros de hecho se vienen produciendo casi cada día en pequeñito y de forma subterránea. No es que estemos contra los encuentros a mayor escala; lo que planteamos es que si éstos se dan, deberían abandonar la idea de crear un movimiento con estatutos, disciplinas, militancias, etcétera, y a lo sumo nos podríamos encontrar para intercambiar ideas y experiencias en un marco predominantemente festivo, pero tomando en cuenta que todos somos diferentes y que nadie debería obligar a nadie a aceptar algo que no quiera. En última instancia las personas que son felices con la militancia tienen todo el derecho de organizarse y hacer lo que quieran, pero deberían ser más sinceras y dejar de convocar a todos abiertamente a sus encuentros. Esta sinceridad sería más chévere si pondrían a sus encuentros nombres como “Encuentro libertario autoritario” o “Asamblea única y verdadera de la militancia dogmático anarcopunk”.

SEIS
Consideramos necesario abandonar toda pureza ideológica. el anarkopunk tendría que emanciparse del materialismo, del ateismo y del banal cientificismo bidimensional del siglo XIX. Los “estados elevados de conciencia” no son meros “fantasmas”. El paganismo, los saberes indígenas ancestrales, lo oculto, el politeísmo y las culturas tribales poseen técnicas que pueden ser asimiladas de manera auténticamente anárquica. Sin “estados alterados de conciencia” el anarquismo se consume y se seca en una forma de mezquindad y en un quejoso lamento. Nos vendría bien un tipo práctico de “anarquismo místico” inexorablemente herético y anticlerical, pero exento de cualquier mierda new age. En adición, sería deseable provocar la irrupción de lo maravilloso y de lo extraordinario en la vida cotidiana.



[1] Sin embargo las zonas autónomas temporales no constituyen un concepto cerrado, y éstas también pueden emerger espontáneamente en los intersticios que se abren en medio de las revueltas, acontecimientos donde los factores de la dominación pueden quedar efímeramente disueltos produciendo un escenario con múltiples posibilidades para desarrollar otro tipo de relaciones sociales diferentes a las que están directamente atravesadas por el autoritarismo y el orden capitalISTA
Colectivo Inexistente.


Colectivo Inexistente.
Cochabamba. Agosto 2009.

MÁS ALLÁ DE LA ESTRUCTURA DE SÍNTESIS



CONTRA LA ORGANIZACIÓN ANARQUISTA DE SÍNTESIS PROPONEMOS
LA ORGANIZACIÓN INFORMAL ANARQUISTA, BASADA EN LA LUCHA Y
LOS ANÁLISIS QUE EMERGEN DE ELLA.


Lxs anarquistas de todas las tendencias rechazamos cualquier modelo organizativo jerárquico y autoritario. Rechazamos a los partidos y las estructuras verticales que imponen directorios de antemano de una manera más o menos obvia... Cuando postulamos la Revolución Libertaria como única solución social posible al mundo actual, lxs anarquistas consideramos que los medios usados en causar esta transformación condicionarán los extremos alcanzados. Y esto significa que las organizaciones autoritarias no pueden ser instrumentos que nos conduzcan a la liberación.


LOS PELIGROS DE LA ESTRUCTURA DE SÍNTESIS PARA LA LUCHA
ANARQUISTA.

Lo dicho anteriormente no sólo basta con decirlo con palabras, es también necesario ponerlo en la práctica. En nuestra opinión, la articulación mediante una estructura de síntesis presenta no pocos peligros. Cuando este tipo de organización se convierte en una fuerza potente y hegemónica, como fue la CNT en los años 30, comienza a parecerse peligrosamente a un partido político. La síntesis se transforma en control. Aunque esto sucedió durante un periodo demasiado breve y apenas visible, así que este análisis lo dejaremos para que no se nos acuse de
blasfemia o demagogia ... La estructura de síntesis se basa en grupos o individuos que están en contacto de
forma más o menos constante entre ellxs, y tienen un momento clave en esos contactos durante los denominados CONGRESOS PERIÓDICOS. En estoscongresos se discuten los análisis básicos, se elabora un programa y se dividen tareas para cubrir diferentes parámetros de intervención social. Es una organización de síntesis puesto que se instala como punto de referencia capaz de sintetizar las luchas que ocurren dentro del choque entre clases. Los diferentes grupos o individuos intervienen en las luchas, dan su contribución, pero no pierdende vista la orientación teórico-práctica que la organización en su totalidad decidió durante su último congreso. Sin embargo, en nuestra opinión, una organización estructurada de este modo corre el riesgo de estar detrás en lo que se refiere al nivel eficaz de la lucha, pues su objetivo principal es la de llevar la lucha dentro de su proyecto de síntesis y no empujarla hacia su proyección insurreccional. Uno de sus objetivos principales para su proyecto es la búsqueda en estas luchas de personas o grupos para su crecimiento numérico organizativo. Por lo que tiende a dibujar una estrategia reformista y hasta cierto punto moderada para captar grupos o individualidades, a la par que intenta frenar todo aquello que intente desmarcarse de su proyecto. Esto no significa que todxs aquellxs que formen parte de una organización de síntesis actúen de esta manera: los miembros son a menudo bastante autónomxs en su elección de ofertas y objetivos más eficaces en una determinada lucha. Es lo intrínseco del mecanismo interno de funcionamiento de la organización de síntesis lo que conduce a tomar decisiones inadecuadas a la situación, ya que al buscar el crecimiento cuantitativo, a veces a cualquier precio y a toda costa, se tiende a tomar una posición poco clara y poco definida en muchos temas, ya que busca, de alguna manera, tomar una posición que satisfazca los gustos de la mayoría y que descontente a poca gente, para de esa forma hacer su mensaje "digerible" para la Sociedad. Labor que, por otro lado, casi nunca suelen lograr y que suele dejar a la mayoría insatisfecha, todo lo contrario que en la teoría se busca...

EL MIEDO A LO DESCONOCIDO ES EL PRINCIPAL FACTOR QUE NOS
EMPUJA HACIA EL ESQUEMA ORGANIZACIONAL FORMALISTA (ORG.
DE SÍNTESIS)

La reacciones que se vierten al hacer críticas tales como esta son dictadas amenudo por el miedo y determinados prejuicios. El miedo a lo desconocido es elprincipal factor que nos empuja hacia el esquema organizacional formalista entrecompañerxs. Este esquema nos protege de la búsqueda de soluciones en el riesgo deencontrarse en situaciones y experiencias desconocidas. Esto es absolutamente obvio entre diferentes compañerxs que ven la necesidad imperiosa de tener una organización formal que obedezca a requisitos tales como la constancia, la
estabilidad y el trabajo programado por adelantado. En realidad estos elementos nos sirven más como una necesidad de la certeza que como una necesidad revolucionaria. Por el contrario, pensamos que en la organización informal, sin esquemas de síntesis, se pueden establecer los puntos de partida válidos para salir de esta ncertidumbre. La diversidad organizativa informal creemos que es capaz de convertirse -al
contrario que las estructuras de síntesis y formales- en verdaderas relaciones concretas y productivas ya que se basan en la afinidad y el conocimiento recíproco. Por otra parte, el momento donde se alcanza el verdadero potencial es cuando se participa en situaciones concretas de lucha, no cuando se elaboran plataformas
teóricas o prácticas, estatutos u otras reglas sociales.


LA ORGANIZACIÓN INFORMAL NO SE CONSTRUYE EN BASE A UN
PROGRAMA FIJADO EN UN CONGRESO.

La organización informal no se construye en base a un programa fijado en un
congreso, el proyecto es observado por lxs compañerxs y por ellxs mismxs en el
transcurso de la lucha y durante el desarrollo de la misma. No hay ningún
instrumento privilegiado o vanguardista en la elaboración teórico-práctica, ni hay
los problemas inherentes a la articulación de síntesis.
El objetivo básico es el de intervenir en la lucha con un objetivo insurreccional y
revolucionario.Sin embargo aún hay grandes limitaciones dentro de la informalidad, pero
creemos que es una forma de organizarse aún válida y abierta a exploraciones
teórico-prácticas...


ESTE TEXTO ES EXTRAIDO DEL FOLLETO "CONTRA EL SINDICALISMO" LEER TODO

CONTRA EL SINDIKALISMO

Anarquismo teórico e ideología anarquista x Miguel Amorós


“Si la reflexión, el sentimiento o cualquier otro aspecto que adopte la conciencia subjetiva, juzga como algo vano lo existente, va más lejos que él y trata de conocerlo así, entonces se reencuentra en el vacío, y, puesto que sólo en el presente hay realidad, la conciencia resulta únicamente vanidad.”

Hegel, Filosofía del Derecho

Las derrotas son propicias a los inventarios con sus inevitables conclusiones; el pájaro de Minerva emprende el vuelo a la medianoche, pero no es menos cierto que a causa de sus heridas no siempre se eleva lo suficiente para posarse avizor en las ramas más altas, y a menudo queda a ras de suelo, debatiéndose entre las malas hierbas. Las condiciones de los derrotados, la desmoralización profunda de la derrota, las esperanzas imposibles fomentadas por un instinto de supervivencia exasperado, contaminan la reflexion e impiden que tome la necesaria distancia con los hechos que juzga para concluir objetivamente y sugerir una nueva conducta histórica. Algo así pasó con el anarquismo español después de 1939. En el exilio y en la cárcel de los años cuarenta se debatía ante la misma encrucijada que medio siglo antes se había presentado a la socialdemocracia: reforma o revolución. Una parte –y no la menor—opinaba que el anarquismo había procedido desde siempre de forma negativa, y que había llegado el momento de preocuparse por creaciones positivas y a corto plazo, aunque fueran de poca monta, lo que de algún modo significaba un radical cambio de rumbo. La acción debía de orientarse no hacia el choque frontal contra la dominación sino hacia la colaboración política y económica con sus instituciones, tal como se había hecho durante la guerra civil revolucionaria y se continuaba haciendo en el exilio seis años después. La acción no tenía que arrebatar su espacio a la burguesía sino penetrar y desenvolverse en su territorio. Según la alternativa reformista, el anarquismo era aceptable como idea pero no como método, bueno como “filosofía de vida”, no como praxis basada en la “aprehensión de lo presente y de lo real”: un ideal abstracto separado de la prosaica actividad cotidiana y acompañándola sólo en tanto que quimera decorativa. Como si los ideales fuesen “demasiado excelentes para gozar de realidad o también demasiado impotentes para proporcionársela” y debieran limitarse “a deber ser sólo y a no serlo efectivamente” (Hegel). Pero el problema para los revisionistas no era habérselas con “la idea”, sino habérselas con la realidad. Y si en el contexto difícil de la posguerra el anarquismo revolucionario tenía muy pocas posibilidades de ejercitarse cuando en el país sólo se pensaba en sobrevivir, tampoco el revisionismo tenía demasiado espacio, por lo que no se materializó más que en inútiles compromisos con las instituciones inoperantes del exilio o con el pretendiente al trono, en programas políticos que perseguían, bien la constitución burguesa de 1931, bien la monarquía parlamentaria, y en diversos proyectos de partido, aunque hubo quienes llevaron su lógica hasta el fin, colaborando con el régimen de Franco.

En el bando contrario, se afirmaba que la colaboración institucional había sido obra de circunstancias excepcionales y había resultado un completo fracaso, contribuyendo al desastre final. Tanto mejor hubiera valido el apoliticismo aun al precio de quedar aíslado, puesto que perdidos por perdidos, se hubiera caído con honor, en defensa de sus ideas, no en defensa del Estado. Se imponía una restauración de los “principios, tácticas y finalidades” del movimiento libertario para luchar por la vuelta a “las conquistas del 19 de julio”. La fracción “purista”, tan comprometida como la otra en la política republicana, evitaba entrar en detalles sobre las verdaderas motivaciones de ese giro de ciento ochenta grados en su conducta orgánica, ni precisar cómo volverían aquellas conquistas, o cómo se restaurarían aquellos principios. Ni una palabra sobre cómo funcionarían los sindicatos únicos en la clandestinidad de un régimen totalitario, ni sobre cómo se llevarían a cabo la acción directa, la lucha antiestatal y la insurrección revolucionaria contra el franquismo. Ni la neoortodoxia se sentía dispuesta a repasar críticamente su trayectoria política y militar durante la guerra civil, ni a descender a la atroz realidad de la dictadura. Para los “puros” la acción no parecía constituir un problema, puesto que no era cuestión de salvar la vida a nadie ni de conquistar realmente nada, sino de escudarse en los principios, arsenal bien repleto de donde extaer todas las justificaciones posibles. Si los principios quedaban anonadados por la realidad, tanto peor para la realidad. Por ese camino el anarquismo solamente se concretaba en retórica, inhibición e inmovilismo, y a lo sumo, en alguna aventura insensata. Si en el revisionismo la acción se volvía más y más repelente, en el purismo se evaporaba. En uno la idea se transformaba en paisaje de la política burguesa; en el otro, ascendía al cielo de las causas perdidas. Para unos, el anarquismo formaba parte de una especie de moral privada con que afrontar de una forma u otra la ramplonería de la cotidianidad política; para los otros, constituía una fe con la que consolarse de los males de la tierra, un credo a defender de sus judas con patriotismo de campanario. En ambos casos, una ideología.

El anarquismo dejaba entonces de ser la expresión intelectual del sector más avanzado del movimiento obrero en la península, un producto de la lucha de clases y una teoría de esa lucha. Y no lo era porque su contenido no era ya la realidad --en aquel momento, la realidad de la derrota, del retroceso y de la aniquilación del movimiento obrero. Ya no necesitaba comprender la realidad en su amarga involución manifiesta, para encontrar la manera de actuar en ella y así transformarla conforme a sus fines aplicando sus métodos específicos. El anarquismo desaparecía como fuerza material para volverse etiqueta, catecismo, gueto. Un ente mitad iglesia, mitad partido. Dejaba de ser pues una idea fundida con una práctica que no la contradecía sino que la desarrollaba, una crítica social enraizada en las condiciones materiales de existencia del proletariado, para devenir algo trivial, accidental, contingente, y por consiguiente, propiamente irreal. Una utopía, un sueño, una ilusión, algo que no podía servir a los intereses generales de clase.

La diferencia primera entre el anarquismo teórico –entre la reflexión desde el anarquismo-- y la ideología anarquista, reside en la separación entre idea y práctica, fines y medios, conciencia y acción. La ideología es a la vez el poder separado de las ideas y las ideas del poder separado. En el caso español, las ideas eran “los principios” o “las circunstancias” según se mirase, y el poder separado era la Organización y sus Plenos, la rutina burocrática con mayúsculas. La segunda, yace en la confusión de la parte con el todo, del momento con el proceso, de las cuestiones tácticas con las líneas estratégicas, como demostrarían por ejemplo las ideologías municipalista, primitivista o insurreccionalista. El concepto de ideología deriva del concepto de religión, materia cuya crítica los jóvenes hegelianos hicieron “la condición primera de cualquier crítica”. La religión, como la ideología en general, es la conciencia invertida del mundo. El mundo de la ideología es un mundo visto del revés, al que hay que volver cabeza arriba para comprenderlo. La realidad, la verdad de este mundo, hay que encontrarla en la vida material concreta, en la acción humana transformadora; en concreto, en el trabajo, no fuera de él. Marx, en su juventud, llamó ideología a todo lo que no fueran fuerzas productivas, a todo lo que transcurría al margen de la economía y no reconocía un origen económico. La ideología estaba formada por fantasías con las que los seres humanos, en una sociedad insuficientemente desarrollada, explicaban sus fuerzas esenciales, su potencialidad. Nacía de la insatisfacción de una praxis limitada, debida a que el progreso tecnoeconómico todavía no había alcanzado la totalidad de los aspectos de la vida. De acuerdo con el punto de vista marxista, la ideología tendería a desaparecer con un desarrollo pleno de las fuerzas productivas, es decir, con el desarrollo de la fuerza principal, el proletariado, cuyas condiciones objetivas de vida impondrían un realismo liquidador de las fantasmagorías que alejaban a los obreros de su vida auténtica. La disolución de los prejuicios ideológicos eran para el obrero una exigencia de su realidad inmediata. Prolongando este razonamiento, algunos discípulos de Marx (Plejanov, Rosa Luxemburg, Maurín) caracterizaron al anarquismo de ideología típica de un proletariado insuficientemente desarrollado. Resulta harto fácil ver la ingenuidad que recorre tal razonamiento, pues es mas verdad que la generalización de la condición proletaria lleva emparejado un desarrollo supremo de la ideología. El mundo de la mercancía y de la técnica autónoma es el mundo completamente al revés. La experiencia del movimiento obrero bastaría para demostrar la pervivencia de la ideología, la impostura de representaciones falsas que los burócratas elevaban con facilidad por encima de la vida proletarizada. La crítica de la ideología pudo completarse gracias al psicoanálisis, que logró relacionarla con diversas formas de degradación de la personalidad como la neurosis caracterial, la esquizofrenia y la falsa conciencia en general, explicando fenómenos ideológicos como el racismo, el autoritarismo o el militantismo. En momentos y periodos determinados, cuando eran muestras vivas de un pensamiento emancipador, una reflexión por decirlo en palabras de Proudhon que salía de la acción y volvía a la acción, en resumen, cuando eran revolucionarios, el marxismo y el anarquismo proporcionaron al proletariado un conocimiento suficiente de la sociedad y lo mantuvieron fuera de la política burguesa, permitiéndole hacer historia. Por otra parte, las creaciones revolucionarias de los trabajadores, los comités de fábrica, los sindicatos únicos o los consejos obreros, fueron lugares de encuentro entre las ideas abstractas y la práctica concreta, el espacio donde dichas teorías devenían realmente obreras y los obreros, teóricos. En otros momentos y otros periodos, cuando tanto el socialismo como el anarquismo se convirtieron en ideologías para servir a fines espurios, los propios de una burocracia parásita o de un comportamiento evasivo y sumiso, fueron responsables del oscurecimiento de su conciencia de clase y de los falsos derroteros de su conducta. Y así pues, hoy en dia la crítica de la ideología, la religión secularizada, continúa siendo la condición primera de toda crítica.

En el apogeo del capitalismo fordista, preguntarse por la validez de las enseñanzas de Proudhon, Bakunin, Kropotkin, Reclus o Malatesta tenía poco sentido. Ninguno pudo conocer hasta qué punto eran estrechas las relaciones que existían entre el desarrollo de las fuerzas productivas, la colonización de la vida cotidiana y la contrarrevolución. Los teóricos anarquistas habían de ser considerados simplemente como parte de la cohorte de precursores, fundadores y continuadores del pensamiento socialista revolucionario, igual que Marx, Engels, Rosa Luxemburg, Pannekoek, Reich, Benjamin o Fourier, por citar sólo a unos cuantos. Especialmente criticables en el viejo anarquismo serían la confianza excesiva en la espontaneidad insurreccional de las masas proletarias y campesinas, sus oscilaciones entre las tácticas ultralegalistas y la propaganda por el hecho o las expropiaciones, su incapacidad para las alianzas con otros sectores obreros, la permanente tentación política, la falta de estrategia clara, el confusionismo organizativo, etc. Cualquier tentativa de restablecer una doctrina anarquista –un sistema-- con retazos de ideas descontextualizadas no sería más que una utopía reaccionaria. Sin embargo, determinados elementos del anarquismo conservan su eficacia subversiva y su negatividad, pudiendo aplicarse aun cuando las condiciones sociales hayan cambiado y las circunstancias sean otras. Tal la crítica del Estado y del parlamentarismo, de los partidos y de la ciencia, sin olvidar su amor a la libertad y sus aportaciones a la pedagogía, la medicina social y la sexología. Durante la Revolución española alcanzó sus mayores cotas de realización, pero la derrota transformó sus postulados teórico prácticos en ideología.

En los años sesenta ningún revolucionario sincero podía abstenerse de criticar la ideología anarquista y sus representantes. La reconstrucción de un pensamiento radical y una acción revolucionaria pasaba por una ruptura con ese mundo. A eso he llamado crítica anarquista del anarquismo real, aunque hubiera sido mejor llamarlo irreal, es decir, ideológico, puesto que sólo lo racional es propiamente real. Critica de entrada eminentemente negativa y que abarcaba la Revolución del 36. En efecto, los años sesenta conocieron el auge de un irrespetuoso anarquismo que inmediatamente entró en conflicto tanto con la izquierda tradicional como con los guardianes del templo de la anarquía. Dicha crítica debía afrontar problemas nuevos que emanaban de las condiciones de vida en un capitalismo tardío y que en vano esclarecería limitándose a los textos clásicos: las luchas anticoloniales, el maoismo, la revuelta húngara, la autogestión, la integración del arte, la cultura de masas, las armas nucleares, la polución y destrucción de los entornos naturales, el urbanismo concentracionario, el papel de las tecnologías y la automatización, el del automóvil, la sociedad de consumo, la represión sexual, la emancipación de la mujer, la cuestión de la violencia, etc. La inmensidad de la tarea crítica debutaría con los intentos de reconciliar a Marx con Bakunin, o sea, de utilizar el análisis marxista desde posiciones antiautoritarias, formulación demasiado simplista, fácil de acabar en una ideología marxista libertaria estilo Guérin o Rubel. Hacían falta una puesta al día en la subversión y una nueva crítica de la política, y por lo tanto, muchas otras lecturas, --en el campo de la sociología, la filosofía, la antropología, la historiografía, el arte, etc.-- pero, por encima de todo, hacía falta aprender a vivir intensamente. Se trataba de reafirmar la lucha de clases, primero, denunciando la función policial de los sindicatos y partidos ante las nuevas formas de acción (absentismo, huelgas salvajes, sabotajes, sustracción de material) y de organización (comités, asambleas, piquetes, coordinadoras, consejos). Segundo, ampliando su radio de acción al terreno de la vida cotidiana (luchas de barrio, rechazo del trabajo, de la familia, de la religión y del servicio militar, expropiación de fotocopiadoras, comida o libros, contracultura, rock, maría, subjetividad, aventuras, squatters, comunas). La labor teórica de la Internacional Situacionista fue la primera (y la única) crítica global moderna de la sociedad de clases, pronto confirmada por una serie de revueltas, a saber, la de los provos holandeses, el zengakuren, la revuelta de los negros americanos, el mayo francés, la revolución abortada de los obreros y soldados en Portugal y el movimiento italiano del 77. No podemos decir que fuese completa, pues no era el resultado de todos los esfuerzos teóricos precedentes y por lo tanto no contenía los principios de todos ellos, puesto que ignoraba algunos temas fundamentales como la crítica de la razón instrumental o la cuestión ecológica, por no hablar de su crítica superficial del anarquismo, pero fue la más desarrollada y concreta. En todas partes se manifestaba el mismo espíritu antiautoritario, la misma exigencia profunda de libertad, el mismo proyecto de reconstrucción apasionada de la vida social que la I.S. captó mejor que nadie. Y un poco en todas partes el capitalismo hubo de emplearse a fondo y renovarse rápidamente de pies a cabeza, a menudo utilizando los argumentos y las armas del contrario.

En los países donde subsistían restos de tradición obrera anarquista, el anarquismo que brotaba como respuesta espontánea y en gran parte emotiva a las nuevas servidumbres impuestas por el capitalismo, se dio de bruces con los muros de la ideología y la ira de sus defensores. No era un conflicto generacional, era un reflejo de la nueva lucha de clases. En las condiciones dominantes modernas, el gueto ideológico y sus viejas costumbres habían pasado a formar parte del capitalismo en tanto que ruinas inofensivas: era algo que tenía que morir para que las nuevas generaciones revolucionarias viviesen. Lo que aproximaba el gueto anarquista a los valores dominantes era mayor que lo que le separaba de los nuevos rebeldes, por eso se distinguía tan poco del entorno político y encontraba en él tan fácil acomodo. Ha sido común señalar desvergonzadamente el papel jugado por los anarquistas “en defensa de las libertades” o en la consolidación de “la democracia”. La ironía de la historia mostraba a unos viejos libertarios satisfechos de estrechar filas al lado de la burguesía. En España, donde la mencionada tradición fue mayor que en ninguna otra parte y donde la represión de la dictadura había mantenido congeladas las contradicciones de la ideología, la bronca entre antiguos y modernos –y entre ortodoxos y revisionistas-- adquirió visos de batalla campal.

El “relanzamiento” de la CNT tuvo lugar en 1976 fuera de las fábricas, es decir, al margen del movimiento obrero. No fue por consiguiente una emanación de la renaciente lucha de clases, sino el producto de una serie de reuniones entre grupos heterogéneos ajenos a las asambleas de huelguistas y con un denominador común: contruir una central sindical que disputase a Comisiones Obreras un espacio en la representación separada de la clase. La presencia de organizaciones como Solidaridad y la admisión de cincopuntistas y otras basuras verticales indicaba claramente que el tipo de sindicalismo perseguido no iba a diferenciarse mucho de las demás opciones. Coherentemente con esos planteamientos, los relanzadores no se preocuparon de las disyuntivas cruciales del movimiento asambleario de los trabajadores; más bien plantaron el chiringuito, o sea, una estructura burocrática suficiente (los Comités regionales, el nacional, el secretariado permanente, el carnet confederal, los plenos) y buscaron la alianza con la UGT y la USO para repartirse el pastel que CCOO trataba de guardar para sí: el control del mercado laboral. Las demandas de “libertad sindical” y desmantelamiento de la CNS, y el debate sobre su legalización, marcaron la primera etapa de la CNT reconstruida. Ésta no sólo ignoró las posibilidades revolucionarias presentes que se iban evaporando a falta de avances en la clarificación y la acción, sino que contribuyó a darle la puntilla al movimiento de las asambleas adhiriéndose de jure o de facto al llamamiento de la COS a la huelga general del 12 de noviembre, que marcó el punto final de las movilizaciones autónomas y el comienzo de la contraofensiva sindicalera a toda regla. Sin embargo, el fracaso de la autoorganización de los trabajadores --la transformación fustrada de las asambleas en consejos obreros-- atrajo hacia la CNT a muchos luchadores que no aceptaban el sindicalismo burocrático y claudicante que se les venía encima, con la vana esperanza de hallar en ella unas estructuras horizontales de apoyo y un espíritu antiautoritario con que seguir combatiendo. La imagen de lo que la CNT había sido podía sobre su pobre realidad. También se acogieron a ella muchos jóvenes desinteresados en los conflictos laborales, que deseaban una CNT no sindical, sino “integral”, es decir, una organización “global” entregada a todas las cuestiones sociales y militando en todos los frentes abiertos contra el capitalismo. Finalmente, a lo largo de 1977, ingresaron toda una serie de grupúsculos obreristas “pro autonomía” nacidos al calor de las asambleas o en paralelo a las mismas, demasiado confusos e incapaces para tener casa propia, y por lo tanto, inclinados a incubar sus huevos en la ajena. Veían en el sindicalismo aún virgen de la CNT al “germen” de la “autonomía obrera”, una ideología criptoleninista de origen italiano; tan cierto es que los enemigos de la autonomía proletaria se disfrazan de ésta para mejor combatirla. Entre unas cosas y otras, el crecimiento de la CNT a partir de enero del 77 fue imparable, la asistencia a sus mitines y jornadas, multitudinaria, las publicaciones de carácter libertario, numerosas, y el triunfalismo de sus burócratas, exultante. En año y medio la afiliación había subido de unos pocos miles a 129000. Llegarían a sobrepasar los 250000 en 1978. La preocupación del partido del orden (la patronal, los demás sindicatos y el Estado) era seria, puesto que en vísperas de los acuerdos de la Moncloa, el Pleno Nacional de septiembre había proclamado la asamblea como único organismo soberano y decisivo. Según la ponencia sobre la cuestión, el sindicato debía limitarse al apoyo y solidaridad con las huelgas, no a la mediación. La CNT no debía interponerse entre la patronal y los obreros, sino diluirse en las asambleas. No obstante, los dirigentes del orden establecido se tranquilizarían rápidamente, ya que la victoria de los asamblearios fue pírrica pues acarreó el contraataque de las facciones sindicalistas y de las ortodoxas --las adscritas a las formas de la ideología durante la República--, intensificándose una lucha por el poder que, empezando en el secretariado, abarcó todos los niveles, desde los diversos comités a las juntas de los sindicatos.

Los Pactos de la Moncloa priorizaban un tipo de sindicalismo de “concertación” que excluía cualquier acción directa y proscribía toda generalización de las luchas, dos de los pocos puntos en los que casi todos los cenetistas estaban de acuerdo. Consecuentes con ello, los denunciaron y boicotearon las elecciones sindicales, aunque muchos afiliados se presentaron como “independientes” y salieron elegidos. De todas formas, la abstención fue considerable, pero a UGT y CCOO les bastó poco más de un 10% de los sufragios para ser representativos ante la patronal y el gobierno. La CNT se jugaba el tipo si no superaba mediante movilizaciones su marginación de los comités de empresa y de las negociaciones de los convenios. Pero a esas alturas –enero de 1978- el movimiento obrero asambleario se batía a la defensiva y las fórmulas mixtas de comités de representantes de asamblea-sindicalistas, o comités sindicales refrendados por asambleas, substituían a las formas anteriores de democracia directa. La CNT no podía contar con el empuje de los trabajadores, ya terminado, con el añadido de que, a pesar de la creciente afiliación, como central no había encabezado todavía ninguna huelga importante, no se había estrenado. Por otra parte, su poder de convocatoria ya no era el de las Jornadas Libertarias; a la manifestación contra los Pactos de la Moncloa en Barcelona acudieron sólo diez mil personas, a pesar de multiplicar por cuatro esa cifra el número de afiliados en aquella ciudad. Y ese mismo día (el 15 de enero de 1978 ), ocurrió la provocación policial del Scala. A las disputas en torno al asambleismo y la organización integral se añadieron nuevas confrontaciones, esta vez acerca de las elecciones sindicales, de las acciones violentas de minorías y de la presencia de grupos armados que comprometían a la Organización. Las luchas por el poder entre las diferentes tendencias y personajes arreciaron al punto de tener que trasladarse el secretariado permanente de Madrid a Barcelona (abril de 1978 ). Desde entonces será una constante que los secretarios aprovechen los cargos para formar su propia fracción y competir con las demás. Confirmando una constante dada en los periodos contrarrevolucionarios, los cargos más relevantes iban siendo ocupados por los personajes más impresentables. Mientras tanto, se desvanecían las huelgas asamblearias e iban menguando dentro de la organización los asambleistas y los “integrales”, adquiriendo en cambio nuevos bríos los partidarios de un sindicalismo moderado y de la participación electoral, en su mayoría antiguos “autónomos”, pasados al revisionismo antianarquista con armas y bagajes. Gracias al sistema de plenos en los que sólo participaban los cargos sin tener en cuenta las asambleas de militantes ni el número de afiliados representados, los ortodoxos, bautizados por sus enemigos como el “Exilio-FAI” o como “los históricos”, dominaron la Organización. Todavía la revista Ajoblanco tiraba en junio 150000 ejemplares, indicio de la existencia de una notoria sensibilidad libertaria, aunque fuera muy pasada por agua, pero la afiliación descendía en picado. La huelga de las gasolineras fue la primera y la última dirigida por la CNT, y con ella se hizo el harakiri. Ni acción directa, ni sindicalismo duro; intermediación gubernativa y triunfo patronal. Durante 1979 las desfederaciones, expulsiones y disoluciones de sindicatos se sucederían sin interrupción; las luchas de fracciones no conseguían ocultar que la apuesta giraba en torno a las elecciones y a la mediación burocrática declarada. Casos como el de la FIGA (el vanguardismo aventurero), el de Askatasuna (el nacionalpopulismo) o el de los “paralelos” (el oportunismo sindicalero), pusieron de relieve el grado de descomposición alcanzado, especialmente el de estos últimos. En un clima de reflujo no funciona más sindicalismo que el burocrático. Para los paralelos --y para electoralistas en general-- se trataba de incorporarse a la dinámica sindical dominante y jugar el juego de UGT y CCOO so pena de marginarse y quedar fuera no sólo de los tratos con los empresarios y el gobierno, sino de las subvenciones y ayudas oficiales. Ese fue el quid de la cuestión que se dirimió en el autoproclamado quinto Congreso, celebrado en diciembre de 1979 por una escuálida CNT que no representaba a más de treinta mil afiliados. Triunfó la ideología arcaica y las minorías reformistas fueron encaminándose, las unas, hacia los sindicatos “mayoritarios”, y, las otras, hacia la reconstrucción de una segunda CNT obrerista del mismo pelaje. Y con el tiempo, salvando los pequeños círculos fieles a la ideología clásica que conservaron la propiedad de las siglas y ampararon bajo ellas una actividad muy limitada, la masa de militantes bien se retiró hacia lo privado, bien acabó en el redil de un sindicalismo burocrático, impotente y entreguista que supuestamente había jurado combatir.

Si las aventuras de la ideología fueron trágicas en el pasado, en el periodo de la “Transición” adquirieron visos de auténtica farsa. En esta ocasión el anarquismo y el anarcosindicalismo no reaparecieron como pensamiento y práctica del movimiento revolucionario de la clase obrera anterior al franquismo, sino como una mistificación primaria, un chou a menudo cómico cuya función por supuesto no era traer a colación las enseñanzas de antiguos combates, sino colaborar, paseando por el wild side, en la modernización capitalista. El contraste entre la práctica de la clase obrera hasta 1977 y una teoría revolucionaria casi ausente, o sea, una “expresión general y nada más del movimiento histórico real” apenas esbozada, favorecía el desarrollo de la ideología y de la burocracia. Ambas extraían su fuerza de la imagen de un pasado revolucionario con sus contradicciones tan bien disimuladas como las alienantes condiciones de existencia de las clases trabajadoras en el presente. En tanto que refuerzo de la mentira dominante fomentaron un sindicalismo parlanchín y una ridícula moda contestataria. Los restos del proletariado radical fueron vencidos por segunda vez allí donde creyeron poder rehacerse. La CNT cumplió ese poco glorioso segundo papel que le concedió la historia, pero no recibió la paga de los traidores. El ciclo de la burocracia obrera terminó con la derrota del proletariado asambleario y el copo de la representación espectacular por amarillistas profesionales. Los acuerdos marco y el Estatuto de los Trabajadores proscribieron la solidaridad y las asambleas, eliminando incluso la posibilidad de una acción semiautónoma disimulada tras los comités de empresa, forma de burocracia sindical primeriza e imperfecta. En lo sucesivo no cabría espacio más que para el sindicalismo neovertical de “cocos” y ugetistas. Las escasísimas transgresiones de las reglas que se sucedieron no modificaron el deplorable panorama de la resignación y la sumisión. Como consecuencia de tan tremenda debacle la ideología en todas sus variantes quedó de nuevo en entredicho; la memoria se puso en blanco y tanto la reflexión teórica como su praxis hubieron de atravesar un largo desierto –una especie de segundo exilio-- para conectar de nuevo con la realidad y la historia.

Miguel Amorós

Charla en Compostela, jornadas alternativas a Feira do Libro, 25 de octubre de 2008.