Albert Caraco; Breviario del caos. PDF

 «Es por la muerte que nosotros vivimos, es por la muerte que nosotros amamos y es por ella que nosotros engendramos y que nos afanamos, nuestros trabajos y nuestros días se suceden desde ahora bajo la sombra de la muerte, la disciplina que observamos, los valores que mantenemos y los proyectos que formamos responden todos a un mismo desenlace: la muerte. La muerte nos segará maduros, maduramos por ella y nuestros descendientes, que no serán más que un puñado de hombres en la superficie de esta ecúmene en cenizas, no pararán de maldecirnos, acabando de quemar todo eso que nosotros adoramos. Adoramos a la muerte bajo figuras prestadas y no sabemos que es ella, nuestras guerras son sacrificios de alabanza en los que nos inmolamos en honor a la muerte, nuestra moral es una escuela de la muerte y las virtudes, a las que tenemos estima, no habrán sido jamás más que virtudes de muerte. No salimos de ahí, no podemos cambiar el orden del mundo, estamos condenados a cargar aquello que nos aplasta, apoyando eso que nos desmiembra, no nos resta más que perecer o matar, antes que morir nosotros mismos, aunque fuésemos los últimos, una tercera vía, lo digo en alto, es imposible». Albert Caraco; Breviario del caos.


 

 

 Tendemos a la muerte como la flecha al bianco, y no le fa-llamos jamas, la muerte es nuestra unica certeza y siempresabemos que vamos a morir, no importa cuando y no im-porta donde, no importa la manera. La vida eterna es unsinsentido, la eternidad no es la vida, la muerte es el reposoal que aspiramos, vida y muerte estan ligadas, aquellos quedemandan otra cosa piden lo imposible y no obtendran masque humo como su recompensa. Nosotros, quienes no noscontentamos con palabras, consentimos en desaparecer yaprobamos este consentir, no elegimos nacer y nos conside-ramos afortunados de no sobrevivir en ninguna parte a estavida, que nos rue impuesta mas que dada, vida llena de pre-ocupaciones y de dolores, de alegrias problematical o malas.Que un hombre sea feliz, ,;que prueba esto? La felicidad esun caso particular y nosotros observamos solo las leyes delgenero, razonamos a partir de ellas, sobre ellas meditamos yprofundizamos, despreciamos a quienquiera que busque elmilagro y no estamos avidos de beatitudes, nuestra eviden-cia nos basta y nuestra superioridad no se encuentra en otra parte.